Si hay un dispositivo ideal para ser espiado, ése es nuestro smartphone personal: siempre con nosotros, geolocalizable en todo momento, con cámara y conexión a internet, y el lugar donde se producen la mayoría de nuestras comunicaciones privadas y profesionales a diario. Si le sumamos la facilidad de las apps para actualizarse automáticamente y cambiar los permisos sin que apenas nos demos cuenta, entendemos que de nada sirve que utilicemos cifrado en los emails cuando accedemos desde el escritorio... Читать дальше...