El Barcelona, el rey del vértigo, derrota al Borussia (2-3) y se acerca a la clasificación directa para octavos
El Barça de Flick tiene una idea y va a morir con ella, para bien o para mal, y cuando el rival, el Borussia Dortmund, apuesta por lo mismo, el resultado es un partido de vértigo, abierto, con espacios, vibrante, en el que te expones lo mismo que el oponente, en el que todo es posible. Esta vez el que mandó en la locura fue el equipo español, que tuvo que ganar el encuentro tres veces y lo terminó haciendo con un doblete de Ferran Torres, un sustituto fantástico de Lewandowski durante la última semana. El triunfo deja a los catalanes a un paso de la clasificación directa para los octavos de final de la Champions, sin tener que pasar por una repesca que apunta a ser peligrosísima.
Los jugadores del Borussia tienen el ímpetu de su grada, el muro amarillo que anima hasta perder el aliento. Y los futbolistas responden ofreciendo una propuesta valiente e intensa. En los saques de puerta, por ejemplo, los atacantes se colocan al borde del área como si fueran atletas a la espera del disparo de salida, que era que Iñaki Peña pusiera el balón en juego en corto, para salir al esprint a presionar. El Barcelona, lo dicho, busca lo mismo y pronto se vio que iba a ser un duelo de muchas revoluciones, un día para que Marc Casadó tuviera que multiplicarse en la recuperación, también Pedri en esta posición en la que juega ahora en el doble pivote. Perdía el balón un equipo, pero lo recuperaba rápido, lo volví a perder... Se unió a la fiesta el colegiado francés François Letexier, que permitía empujones y contactos sin interrumpir el juego.
Por momentos intentó el Barcelona dominar a través de la pelota, sobre todo en la primera parte, pero el partido tendía al caos. Con las dos defensas adelantadas, con los 20 futbolistas, todos menos los porteros, en poco espacio, buscar los desmarques era un caramelo que Raphinha intentó saborear, pero sus compañeros no lo tenían tan claro a la hora de pasarle la pelota. Sí lo hizo Lamine Yamal con el ya clásico, y espectacular, pase de exterior que el brasileño tiró fuera. El resto de veces, el capitán se lamentaba porque no le buscaban. Se enfadó en exceso, y enfadado no se puede jugar. Ya llegaría su hora. El Borussia ofrecía la velocidad de Duranville, que hizo pasar un mal rato a Balde cada vez que le tenía que encarar y que protagonizó una jugada individual que Sabitzer mandó alto por muy poco. En los primeros minutos tuvo mayor claridad el conjunto español, con los intentos de Lewandowski, Koundé o Lamine, estos últimos parados por Kobel, y en el segundo tramo hasta el descanso era el Borussia quien conseguía superar mejor la presión y amenazar la portería de Iñaki Peña, cuando superaban también el fuera de juego, trampa en la que cayeron en varias ocasiones.
En la primera acción de la segunda parte sucedió precisamente eso: Guirassy marcó, pero en el comienzo de la acción había posición ilegal. Al límite el Barcelona, como toda la temporada. Pero al límite el Dortmund, y esta vez sí, la más clara, Raphinha por fin corrió a por la pelota y resolvió. Fue como un toque de corneta, porque el duelo ya no paró hasta el final. Letexier sí vio penalti en un empujón de Cubarsí a Guirassy, que él mismo transformó.
Flick no quería cambiar el plan y por eso necesitaba piernas frescas como las de Fermín, Ferran y De Jong, aunque los sustituidos fueran Raphinha, Lewandowski y Dani Olmo. Faltaba la aparición de Lamine Yamal, que se había apagado y se activó para asociarse con Koundé y que Ferran rebañara su primer gol. Pero en un error en la salida de Iñigo Martínez, Yan Couto, liberado, pudo encontrar el pase que rompía el fuera de juego y con el que Guirassy logró su doblete. El delantero marcó dos y dejó escapar otro par en ese ida y vuelta en el que Pedri encontró un hueco para montar la contra definitiva, que Lamine completó con una asistencia para Ferran. Esta tercera ventaja sí la mantuvo el Barça. El Dortmund no perdía en casa en Champions desde 2021.