Las Palmas derrota al Barcelona y lo mete en una crisis (1-2)
Todo estaba preparado en Montjuïc para la fiesta del Barcelona, que el viernes cumplió 125 años, pero Las Palmas no fue a la Ciudad Condal como acompañante, fue a competir, lo hizo de maravilla, se llevó los tres puntos y puede hablarse ya de crisis en el líder de LaLiga. Porque el Barcelona seguirá primero, sí, pero si el Real Madrid gana hoy al Getafe se coloca a un punto, con un partido menos. Son tres semanas seguidas sin ganar: Real Sociedad (derrota), Celta (empate) y Las Palmas (derrota).
Todo apuntaba a felicidad local por varios motivos: era en casa, contra un rival de la parte baja de la tabla, con el regreso de Lamine Yamal, aunque saliera en la segunda parte... Un día para acabar con las dudas después de los últimos tropiezos, pero fue al revés, no han hecho más que incrementar. El triunfo de Las Palmas no fue casual, fue merecido durante mucho rato, con la dosis de resistencia lógica en los minutos finales por la teórica diferencia de nivel. Después de unos primeros meses arrolladores, se está pareciendo el Barça cada vez más al del año pasado, previsible en ataque y débil en defensa, pese a que Iñigo Martínez se multiplicaba en los cortes. Descoordinado en la presión. Sandro encontró el espacio constantemente y pronto llegó hasta la línea de fondo, aunque su centro, demasiado fuerte, rebotó en Javi Muñoz, que no pudo rematar por la velocidad a la que le vino la bola. Contestó Fermín con una llegada clara, pero Cillessen le detuvo. Hasta los minutos anteriores del descanso no hubo muchas más noticias ofensivas del Barça, con un tiro al larguero de Raphinha. Defendía bien Las Palmas y encontraba la manera de salir. McKenna tuvo la opción del gol tras la llegada por la izquierda de Javi Muñoz, pero tampoco estuvo acertado. La espalda de la defensa azulgrana, un lugar seguro los primeros meses por el fuera de juego, ya no lo es tanto.
El conjunto grancanario podía pagar esos errores, pero esta vez no se cumplió esa ley del fútbol. No renunció a salir con la pelota jugada y fruto de ello marcó Sandro el primer tanto, tras una acción colectiva fantástica, desde el portero hasta el atacante, con pocos toques y todo muy rápido. La pelota le llegó a Kirian liberado y entonces pudo sacar su talento para buscar en largo al goleador, que tuvo mérito también en el remate cruzado. Tuvo pausa Las Palmas cuando pudo jugar con la pelota. Lamine Yamal ya estaba en el campo. La estrella adolescente salió en el descanso, señal de que Flick no lo veía nada claro, y estuvo más voluntarioso que efectivo, desacertado en los pases y algo precipitado. Raphinha sí encontró el camino con un tiro desde fuera del área después de combinar con Pedri, el que tenía más clara la manera de meter balones para encontrar a los compañeros entre líneas.
Empató pronto el Barcelona y parecía que la labor más complicada ya la tenía, pero de nuevo mutó en el equipo del año pasado: inestable e inseguro. En otra acción rápida, Las Palmas volvió a pillar al conjunto catalán con la «colada» de Fabio Silva, que resolvió muy bien, perseguido por Héctor Fort. El lateral canterano había sustituido a Koundé, un cambio extraño.
Ya tenía menos tiempo el líder para buscar la remontada, y lo intentó un poco de forma embarullada. En ese momento sí aparecieron las oportunidades, pero Cillessen se encargó de detener el remate de Lamine y la falta de Raphinha. Otro ex que se encargaba de amargar al que fuera su equipo, lo mismo que Sandro.
La defensa despejó el tiro de Lewandowski cuando el partido ya moría. El Barcelona sólo encontró recursos en los centros laterales, ante el desconcierto de los aficionados, que protestaban con cada pase atrás. En el césped ya estaba toda la artillería, con Ferran Torres, que también reapareció y tuvo un par de intentos, con Pau Víctor... Muchos jugadores atacando y pocas pelotas claras. Resistió Las Palmas.