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Сентябрь
2024

Rüdiger y el utillero Manolín, de las bofetadas a la reconciliación

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Se dice que hay futbolistas que cuando llegan a su nuevo equipo «caen de pie», esto es que pese a llegar de novatos consiguen funcionar bien desde el principio en el nuevo entorno, con los nuevos compañeros, y encima gustan a los aficionados. En el Real Madrid hay varios casos en los últimos años, siendo el más destacado el de Bellingham, aunque también lo consiguieron otros como Alaba o Rüdiger . El reto del central alemán era doble, pues además de llegar a un equipo de la exigencia del Real Madrid lo hizo para ocupar la posición que habían dejado vacante jugadores como Sergio Ramos o Raphael Varane. No le salió mal. En ausencia de Militao, alejado de los terrenos de juego por lesión, el internacional teutón despuntó como un auténtico mariscal de campo . Rápido y ágil pero también contundente y con una indiscutible capacidad de intimidación. Sus dotes sobre el verde lo asentaron en el once inicial de Carlo Ancelotti , desde el que ha cuajado actuaciones memorables, como aquel marcaje a Erling Haaland en la Champions. Pero es que a eso le añade un peculiar carácter, mucho más desenfadado que el del futbolista medio, que ha hecho que la conexión con los aficionados blancos haya sido aún mayor. En su tiempo en la capital de España acumula frases para el recuerdo ante los micrófonos de los medios, hilarantes carreras que divirtieron al Bernabéu, bromas y risas con sus «víctimas» durante los partidos, y las peculiares celebraciones de gol con sus compañeros. Hoy por hoy marcar un gol con la camiseta blanca puede suponer una desbordante alegría o un particular alivio, pero también la certeza de algún que otro moratón por las extrañas celebraciones de Rüdiger, que gusta de apalizar a sus compañeros para demostrarles su alegría por el gol . Sus collejas se han hecho célebres. Nadie se libra. Incluso Mbappé las ha sufrido ya. Pero en las últimas horas se han convertido en objeto de debate. El motivo es un vídeo de un entrenamiento reciente en el que se ve al alemán golpeando a Manolín, uno de los utilleros del Real Madrid . Las imágenes, en las que el empleado blanco puede parecer un poco acobardado o molesto por el acoso de un sonriente Rüdiger, han llevado a muchos usuarios a criticar la peculiar forma de actuar del central, que propina a Manolín un par de bofetadas . Sin embargo, en el entrenamiento posterior las mismas cámaras grabaron las sonrisas y abrazos de ambos, demostrando que todo era una broma y que el ambiente en Valdebebas es más que correcto.