Iñigo Llopis, el campeón de natación que se forjó bajo las porterías del Real Madrid
La Défense, inconmensurable sede de la natación en París 2024, se asemejaba a un ente incontrolable pero, según pasan las jornadas, parece cada vez más mansa cuando un nadador español se zambulle en sus aguas. Tras los bronces de Miguel Luque y Enrique Alhambra , la maña María Delgado siguió el camino de sus compañeros y se hizo ayer con un brillante tercer puesto en la prueba de los 100 metros a espalda. Un alivio, pues aunque la nadadora ya había sumado dos bronces en Río 2016, en Tokio 2020 se quedó con la miel en los labios al acumular hasta cuatro diplomas. Ahora, vuelve a la élite mundial. A pesar de que la actuación de Delgado se llevó muchos aplausos, lo mejor para la delegación española aún estaba por llegar. Debía imaginar Iñigo Llopis (San Sebastián, 26 años) que tenía opciones de besar la gloria en los 100 metros espalda masculinos, porque los golpes que se infligió para concentrarse antes de saltar al agua dejaron boquiabiertos a la grada gala. Era pura confianza, pura ambición, y sus mejores sueños se convirtieron en realidad una vez se lanzó en picado como un torpedo. Tras unos primeros cincuenta metros de cautela, el vasco comenzó a bracear con la constancia de un robot mientras iba dejando a sus rivales en la lejanía. De hecho, una vez alcanzó la meta, ya le había sacado más de un segundo a su inmediato perseguidor, el japonés Kota Kubota . Se confirmó lo esperado, Llopis ya no es la gran esperanza de la natación paralímpica española. Es una realidad de oro. Una realidad que aprendió de los mejores pues, desde su infancia, tuvo la suerte de estar en contacto diario con los porteros del Real Madrid. Ahora Iñigo la estrella, pero durante muchos años el apellido Llopis hacía referencia a su padre, Luis , uno de los entrenadores de guardametas con más solera de nuestro país. De hecho, tras pasar por clubes como Athletic de Bilbao, Mallorca, Levante o Granada, fue el actual campeón de Europa el que se hizo con sus servicios en la temporada 2014-15. Así, fue contratado de nuevo en 2021 y si la mano derecha de Ancelotti es su hijo Davide, la izquierda es Luis. Y claro, por el césped de Valdebebas, hace una década, correteaba por aquel entonces un joven Iñigo mientras su padre educaba a estrellas de la talla de Keylor Navas . Iñigo nació con una malformación en el fémur de una de sus piernas y con un brazo derecho más corto de lo habitual, pero eso nunca le impidió perseguir su sueño, que era precisamente el de ser portero de fútbol, cómo no. El problema es que el deporte rey tiende a ser lesivo (sufrió una dura lesión en la pierna donde tiene la malformación) y la natación, todo lo contrario. Es por eso que su padre le dirigió hacia las aguas cuando solo tenía diez años. «Al comienzo no me hacía mucha gracia nadar, pero le hice caso a mis padres. En principio solo iba con la idea de mejorar mi movilidad y recuperarme», ha asegurado en alguna entrevista. No hay duda de que se perdió un gran portero por el camino, pero el competidor acuático que produjo aquella decisión no tiene parangón. Aunque el fútbol parezca ya cosa del pasado, Llopis siempre lleva consigo un recuerdo de aquella feliz etapa. En su cuello cuelga un recuerdo de estética surfera que le regaló el mismo Navas, que se encariñó con el niño cuando ambos compartían portería. Incluso el Real Madrid utilizó sus redes sociales para congratular al vasco. «¡Felicidades por esta merecida medalla de oro en París 2024, Iñigo Llopis! Nos unimos a la alegría y el orgullo de nuestro entrenador de porteros, Luis Llopis, por esta gran victoria de su hijo». «Hemos trabajado todo este último año para ganar el oro y lo hemos conseguido. El primer puesto del último Mundial ya nos dio mucha confianza y lo hemos podido culminar aquí», aseguró Llopis desde la zona mixta de La Défense . «Este oro se lo dedico a mi padre y a mi míster, que son los que me aguantan todos los días (...). Estoy intentando remontarle en cuanto a éxitos (risas). Durante la temporada de fútbol él es el campeón y en verano yo tengo más protagonismo», explicaba Iñigo con una felicidad indescriptible en su rostro. Incluso, como confirmó el propio nadador, el Real Madrid, que hoy juega ante el Betis en el Bernabéu, comenzó más tarde el entrenamiento de ayer para que toda la plantilla pudiese acompañar a Llopis padre ante el televisor. «Están muy pendientes de mis resultados. Me mandan muchos ánimos y fuerzas a través de mi padre. Sé que están conmigo y les dedico este oro a todos ellos», confirmó el medallista. Cuando varios de los mejores futbolistas del mundo están pendientes de ti, es que algo estás haciendo bien.