Otro servicio de 'los cuatro fantásticos'
Fueron plata en Tokio y han sido bronce en París . Un escalón por debajo de aquella cita. Dos, en realidad, respecto al objetivo que se habían marcado para estos Juegos. Normal que la primera sensación de los cuatro componentes del K4 español resultara agridulce. Por suerte les duró poco. Enseguida entendieron el valor que tenía esa tercera posición, conseguida en una de las carreras más difíciles a las que se han tenido que enfrentar en los últimos años. Por eso luego, en el podio, ya solo había sonrisas. Saúl Craviotto , Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade, los 'cuatro fantásticos', los Beatles de la piragua española, sumaron un nuevo éxito a su extraordinario botín de 'hits' internacionales. «Se ha incrementado muchísimo el nivel y ha habido dos rivales que han corrido más. Pero este bronce sabe a oro », decía Germade, siempre en la retaguardia. Fue una jornada difícil para el cuarteto por lo ocurrido en la semifinal, donde entraron terceros en la meta sin haber aflojado. Por delante se les coló Australia, con nuevo récord olímpico, y también Serbia. Ya en el hangar, los cuatro rumiaban sus dudas. «Estábamos un poco sorprendidos y entremos un tanto cabizbajos», admitía Craviotto, ya con la medalla asegurada. «Quizás nos habíamos relajado demasiado para no gastar energías y nos han dado un poco para el pelo. Y en cuanto un resultado ya no te sale como esperabas... Puedes entrar en un bucle peligroso a solo dos horas de la final». Alemania, la gran amenaza para el oro, sí marcaba territorio en la segunda semifinal, por lo que urgía una reacción. «Nos hemos empezado a lanzar mensajes positivos, a animarnos. A decirnos que había que demostrar lo que llevábamos luchando durante tres años». El resultado ya es conocido. España salió como un tiro en la final, tomando la cabeza de la prueba. «Era nuestra baza. Tenemos una primera parte muy fuerte», corroboraba Germade. «Pero teníamos viento en contra y nos ha tocado sufrir hasta el final ». Poco después de cruzar el ecuador de la prueba era Alemania quien tomaba la cabeza. Después, también la sorprendente Australia dio capaz a España. Los oceánicos se quedaron a solo cuatro centésimas de atrapar la medalla de oro. El bronce del K4 nacional no peligró. « Hemos transformado la tristeza inicial en euforia por conseguir otra medalla para España » explicaba después el soldado Arévalo sobre el sentir general de la tripulación.