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Май
2024

Tinieblas mentales tras la retirada: «Era un adicto a la adrenalina; tuve que pedir ayuda»

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Es uno de los mejores jugadores de la historia del waterpolo español y mundial. Jordi 'Chiqui' Sans (Barcelona, 58 años) lo ha ganado todo. Ha disputado cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales y seis Europeos, aunque en su palmarés destaca la plata en Barcelona'92, el oro en Atlanta'96 o el primer puesto en el campeonato mundial en Perth'98. Seleccionado para el All Stars de las estrellas mundiales en 1989, Sans luce 483 internacionalidades. El waterpolo lo mamó en la familia . Quinto de cinco hermanos (de ahí le viene el apodo de 'Chqui') disfrutaba viéndoles en la piscina . «Cuando yo tenía siete años, mi hermano Joan fue a los Juegos Olímpicos de Múnich y vino a casa con una maleta llena de ropa deportiva y me dije: 'cómo me gusta esta maleta, quiero tener una como esta'. Y acabé teniendo cinco», recuerda divertido. Se retiró en 2003, con 38 años. Durante su carrera deportiva se había ido preparando para la transición , alternando la competición con la gestión de empresa ocupando cargos en el CN Montjuïc, el CE Mediterrani, el CN Poble Nou, hasta recalar desde 2002 en la Unió de Federacions Esportives de Catalunya (UFEC), donde ha tenido diferentes cargos. Actualmente está en el área negocio , gestionando instalaciones deportivas municipales. Pero además, Chiqui Sans realiza charlas en colegios y empresas sobre un tema muy de moda: la salud emocional. «Estoy muy sensibilizado con ello y explico cómo conseguir el máximo rendimiento de uno mismo a través de los valores del deporte aplicados al mundo de la empresa. Si la salud emocional no la cuidas deriva en un problema de salud mental y ahí ya hay un diagnóstico clínico», explica. Y añade: «Me hace mucha ilusión porque veo lo que impacta y emociona a la gente. Voy con vídeos y puedo contar una experiencia en primera persona. Tuve un amigo que era como un hermano y que conocemos todos, Jesús Rollán , que por desgracia ya no está con nosotros. Y si así puedo homenajearle un poco ya estoy contento», apunta recordando la figura del exportero, que se quitó la vida mientras trataba de superar una depresión . Noticias Relacionadas reportaje Si DESPUÉS DE... LA NATACIÓN Patricia Castro: De campeona en la piscina a maquinista de Renfe Ignacio Romo reportaje Si Después del... motociclismo Emilio Alzamora: de la pista a la caza de talentos Sergi Font Sans también transitó por las tinieblas de la mente tras su retirada, pero supo darse cuenta a tiempo. «Yo creía que había hecho una transición fantástica, compartiendo el mundo laboral con el académico y el de alta competición. Pensaba que ya estaba acostumbrado a la nueva vida. Pero al cabo de unos años, la gente más cercana a mí me dice que qué me pasa, que no soy el mismo. Me hago una autodiagnosis y me doy cuenta de que me falta algo. Todo lo que no me diera un chute de adrenalina muy fuerte, me aburría. Era un adicto a la adrenalina, pero levanté la mano para pedir ayuda », reconoce. Y explica: «La gran mayoría de deportistas tenemos un problema, que son las tres D: demasiado pronto (a los tres años ya estaba dentro de una piscina y a los diez me iba a entrenar a las seis de la mañana), demasiado intenso (muchas competiciones y muchas emociones) y demasiado largo (de los tres años a los 38 que me retiré…)». El exwaterpolista hace deporte todos los días, pero ha declinado participar en campeonatos de veteranos: « No quiero caer otra vez en la tentación , no quiero entrar en ningún proceso competitivo». otros después de... noticia Si Monchi Carosini, de las zapatillas a la bata blanca noticia Si Mercedes Coghen: de hacer deporte a dirigirlo noticia noticia Si Patricia Castro: De campeona en la piscina a maquinista de Renfe noticia Iniesta, Phelps o Simone Biles son algunos deportistas que han reconocido problemas emocionales. «Ha dejado de ser un tabú. Hay que dejar de tener miedo de decir que vamos al psicólogo. Los deportistas no somos héroes, somos personas con una trastienda, con luces y sombras y tenemos la obligación de decirlo», concluye.