Manotazo histórico<br>
El Atlético de Madrid convirtió el derbi en su bandera para demostrar que puede y debe aspirar a lo máximo. Como es costumbre, resucitó ante un Real Madrid irreconocible. O no tanto. La peor versión con Xabi Alonso recordó a la peor versión con Ancelotti. Sin rastro de presión, de agresividad, de orden, de trabajo colectivo para aliviar la falta de acierto con el balón. El líder naufragó con estrépito pese a remontar el tanto inicial de Le Normand con el inevitable gol de Mbappé y la diana de Arda, pero el juego aéreo y la intensidad rojiblancas castigaron la debilidad blanca hasta el sonrojo. Cinco tantos para la memoria de un Atlético que acabó dando la vuelta olímpica. Delirio colchonero, en una victoria que no se registraba desde los años 50. En el Metropolitano. Pero en el antiguo.