Cómo mejorar tu colada: trucos para hacerla más rápido y tender si tienes poco espacio en casa
Consejos para reducir el tiempo de lavado y secado, aprovechar utensilios y optimizar los espacios disponibles, mejorando la organización y el cuidado de la ropa en casa
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La colada es una de las tareas domésticas más frecuentes y, al mismo tiempo, una de las que más tiempo y espacio consumen en casa. En los pisos pequeños, donde no siempre hay terraza ni cuarto de lavandería, puede convertirse en un inconveniente constante que complica la organización del día a día. Tener que encontrar un lugar para tender la ropa en habitaciones reducidas obliga a buscar soluciones prácticas que hagan más llevadero el proceso.
No se trata solo de meter la ropa en la lavadora y pulsar un botón. Hacer la colada implica planificar desde la separación de las prendas hasta el momento de tenderlas. En hogares urbanos, con ritmos de vida acelerados y poco espacio disponible, cada minuto cuenta. Por eso, pequeños ajustes en la forma de organizar la colada pueden marcar la diferencia entre acumular montones de ropa o mantenerla al día sin esfuerzo añadido.
La buena noticia es que mejorar la colada no requiere grandes inversiones ni cambios drásticos. Con trucos sencillos y adaptados a cada vivienda, es posible reducir los tiempos de secado, aprovechar mejor los rincones disponibles y conservar la ropa en buen estado. Al aplicar estas medidas de forma constante, una tarea rutinaria se convierte en un proceso más fácil de integrar en la rutina doméstica.
Separar la ropa antes de lavar
Clasificar la ropa antes de meterla en la lavadora es un paso sencillo que evita problemas y ahorra tiempo. Separar las prendas por colores y tejidos reduce el riesgo de desteñidos y permite elegir programas de lavado más cortos y adecuados. Esto significa menos gasto de agua y electricidad y prendas mejor cuidadas.
Una forma práctica de hacerlo es utilizar cestos diferenciados: uno para ropa clara, otro para oscura y, si se desea, un tercero para prendas delicadas. Así, cuando llega el momento de lavar, la ropa ya está lista y no hay que dedicar tiempo a clasificarla. Aunque parezca un detalle menor, esta organización previa facilita todo el proceso. Evita tener que repetir lavados por errores de clasificación y contribuye a mantener la colada controlada, especialmente en hogares donde la ropa se acumula rápido.
Escoger un tendedero adecuado
Elegir el tendedero correcto puede marcar la diferencia, sobre todo si no hay terraza ni patio. Los modelos plegables o verticales permiten colgar gran cantidad de ropa en un espacio reducido y se pueden guardar fácilmente cuando no se usan. Algunos incluso incluyen ruedas para moverlos hacia zonas más ventiladas de la vivienda.
Los tendederos de pared o de techo son otra opción útil: aprovechan áreas poco utilizadas y liberan espacio en el suelo. Los modelos retráctiles se recogen tras el uso y no interfieren en la circulación dentro del hogar, algo valioso en estancias pequeñas. Con el tendedero adecuado, es posible integrar la colada en la rutina diaria sin que se convierta en un obstáculo. Incluso un piso muy reducido puede mantenerse organizado si se selecciona el modelo correcto.
Colocar el tendedero en el lugar más adecuado
La ubicación del tendedero influye directamente en el tiempo de secado. Siempre que sea posible, conviene colocarlo cerca de ventanas abiertas o corrientes de aire para acelerar la evaporación de la humedad. Esto también ayuda a evitar malos olores y problemas de humedad.
En interiores, es importante dejar suficiente separación entre las prendas. Si se cuelgan demasiado juntas, el secado será más lento y las fibras retendrán más agua. Aprovechar la luz natural es otra estrategia sencilla: colocar el tendedero en zonas iluminadas durante el día facilita que la ropa se seque antes y permite liberar rápidamente el espacio ocupado por la colada.
Ajustar el centrifugado
El centrifugado reduce la humedad de la ropa al salir de la lavadora, lo que acorta el tiempo de secado. Cuanto más alta sea la velocidad de giro, menos agua retendrán los tejidos y más rápido se podrán secar al colgarlos. Esto resulta especialmente útil en invierno o en viviendas donde el espacio para secar es limitado.
Sin embargo, hay que ajustar la velocidad según el tipo de tejido. Algunas prendas delicadas pueden deformarse o dañarse si se someten a centrifugados demasiado intensos. En estos casos, es mejor optar por un giro más suave y dejar que se sequen un poco más de tiempo. Seguir las recomendaciones de las etiquetas de la ropa e indicaciones del fabricante de la lavadora permite encontrar el equilibrio adecuado entre cuidado de las prendas y eficiencia en el secado.
Usar accesorios que ahorran espacio
Cuando el espacio para tender es limitado, los accesorios se convierten en aliados prácticos. Existen mini tendederos con varios niveles que permiten colgar calcetines o ropa interior en un área reducida. También hay pinzas con gancho que se pueden colocar en puertas o estanterías, aprovechando rincones que de otro modo quedarían vacíos.
Los tendederos de radiador son otra opción útil, sobre todo en invierno. Permiten colgar prendas pequeñas directamente sobre la fuente de calor, lo que acelera el secado sin ocupar espacio adicional en la vivienda.
Mantener organizados los utensilios de la colada, como pinzas o perchas, también ayuda a ahorrar tiempo. Un pequeño contenedor facilita tener todo a mano y evita interrupciones al tender, haciendo que la colada sea más ágil y ordenada.