En este pueblo asturiano la historia cobra vida: celebra una feria medieval llena de fantasía y magia en octubre
Este fin de semana las calles de Salas se transforman en un escenario único, adornadas con escudos, coloridos estandartes y un decorado que evoca la época medieval
El pueblo extremeño de apenas 100 habitantes que alberga el convento más pequeño del mundo
Situada en el corazón de Asturias, se encuentra una pequeña villa medieval llamada Salas, conocida como 'la Puerta de Occidente'. Un reconocimiento que se debe a su ubicación estratégica, clave durante siglos para el intercambio entre la Asturias marinera y la del interior. Históricamente, ha sido punto de encuentro de comerciantes y por ella pasa además el camino de Santiago.
El concejo de Salas guarda en su historia huellas que se remontan a tiempos prehistóricos. A lo largo de los siglos, han pasado por esta zona distintos pueblos como castreños y romanos. La primera referencia documentada de Salas, sin embargo, data de la Edad Media, y apunta a una donación “del príncipe Gonzalo en el año 896 al obispado Ovetense”, según relata la página oficial del Ayuntamiento de esta localidad.
Salas está considerada como una de las villas medievales mejor conservadas de la zona y forma parte de la Red de Pueblos Mágicos de España. Aunque las piedras de las casas y los edificios de Salas respiran historia y paseando por sus calles podemos evocar las historias de los peregrinos, caballeros y nobles de la época, este fin de semana la localidad se transforma, aún más, en un escenario único adornado con escudos, coloridos estandartes y un decorado que evoca a la época medieval con la celebración de la XI Feria Medieval de Salas.
Una feria que se convierte en toda una experiencia temática y que transporta a lugareños y visitantes a otra época, convirtiendo la ciudad en un viaje en el tiempo en el que podemos ver a los artesanos ataviados como antaño poniendo en práctica sus artes y oficios, y en el que encontraremos todo tipo de productos artesanales de la zona.
La Feria tendrá lugar los días 4 y 5 de octubre. Durante todo el fin de semana los asistentes podrán disfrutar de pasacalles, espectáculos de cetrería, magia, y actuaciones de teatro para revivir historias de la época, juegos para niños y adultos, y degustaciones de productos gastronómicos.
Durante ambas jornadas, el público podrá disfrutar de demostraciones de cantería y talleres de forja, así como de destilación de plantas aromáticas y creación de perfumes. Para introducirnos en la vida cotidiana de aquellos personajes del medievo, durante el fin de semana también se podrán degustar menús temáticos inspirados en la Edad Media.
Torre de Valdés-Salas
Dentro de la programación también se incluye una jornada de puertas abiertas a la Torre de Valdés-Salas, un monumento cargado de historia. Fue construido en el siglo XIV y su estructura cuenta con tres plantas. En el sótano, en su día, albergó las mazmorras, y subiendo por la escalera de caracol comunica con las demás estancias y conduce hasta la azotea. En la cima de la Torre se pueden apreciar unas magníficas vistas del lugar.
En su interior se encuentra el Museo Prerrománico de San Martín, que cuenta con una valiosa colección de piezas y lápidas epigráficas que datan del siglo X y proceden de la Iglesia del mismo santo. La Torre se encuentra unida al Palacio de Valdés-Salas, otro punto emblemático, y mediante un puente permite comunicar la Plaza Mayor con la Plaza de la Campa. El puente es característico de la arquitectura romana y se exhiben los escudos de la familia Valdés-Salas.
La Torre, así como la Iglesia prerrománica de San Martín, el Palacio de Valdés-Salas y la Colegiata de Santa María la Mayor tienen la catalogación de Bienes de Interés Cultural.
El Palacio
Entre los tesoros históricos de la villa, el Palacio Valdés-Salas fue construido en el siglo XVI. Sirvió de residencia durante la época a esta noble familia. Su estructura está formada por dos plantas que abrazan un patio interior. El patio está delimitado por un corredor con barandilla de balaustres torneados, apoyados en columnas de madera. El palacio alberga un hotel-restaurante, la oficina de turismo y la capilla de Nuestra Señora de la Calle, que actualmente se utiliza como sala de exposiciones.
Iglesia de San Martín
A un kilómetro de la Plaza Mayor de Salas, en el núcleo rural de San Martín se encuentra la antigua parroquia de la villa. Fue construida entre los siglos VIII y IX y posteriormente se reformó.
Está formada por una única estancia y su techo tiene dos pendientes inclinadas, de madera a dos aguas. En la entrada principal, de estilo gótico, destaca un arco ojival. La figura que se sitúa detrás del altar está dedicada San Martín y es de estilo rococó, propio del siglo XVIII. Las paredes exteriores están hechas de mampostería, de piedras sin tallar pero pulidas, en las se han colocado réplicas de piezas prerrománicas del siglo X. Las originales están expuestas en el Museo.
Asimismo, por esa zona se pueden visitar el cementerio y el Tejo milenario de San Martín, declarado monumento natural.
Colegiata de Santa María la Mayor
Del siglo XVI, esta Colegiata fue en su origen un panteón familiar. En 1894 fue cedida por los duques de Alba. Es de estilo gótico, pero con algunos elementos del Renacimiento. “Entre las obras de arte que atesora la Colegiata, destacan: el mausoleo del Arzobispo Valdés, el retablo mayor y el de la capilla de los Malleza”, explican en la web del Ayuntamiento de Salas. Se trata de un edificio muy imponente.
Carajitos del profesor
En la villa de Salas, la gastronomía local esconde pequeños tesoros dulces que han marcado generaciones. Entre ellos, destacan los postres conocidos como 'Los Carajitos del Profesor', unas pastas elaboradas con avellanas que parten de una historia. Su origen se remonta al final de la I Guerra Mundial, en el año 1918, cuando se fundó la cafetería La Casa del Profesor por Falín, el director por aquel entonces de la banda de música de Salas. Este establecimiento se convirtió en un lugar que resguardaba las tardes de entretenimiento y tertulia, donde los cafés y dulces eran los protagonistas.
Con el paso del tiempo, y debido al auge de inmigrantes por el territorio que habían vuelto a su tierra natal tras emigrar a América, uno de estos clientes que frecuentaba el local exclamó “¡Dame un carajo de esos!”, refiriéndose al dulce. Desde entonces, este postre se ha convertido en un símbolo de tradición y sabor que perdura en el tiempo.
La senda del salmón
Si te decides a viajar hasta Salas, te recomendamos que después de conocer toda su historia y sus edificios más emblemáticos, te des un salto por la ruta del salmón, una de sus excursiones más conocidas. La ruta transcurre por el río Narcea, famoso por la pesca de salmones en Asturias, y parte del Monasterio de San Salvador de Cornellana.
Es una excursión de 11,5 km, que se recorre en unas 2 horas y media, en la que nos encontraremos con viejos molinos, secadores de tabaco, las presas salmoneras y puentes con sabor a historia. Si visitas la zona en primavera y verano es probable que veas a los salmones cómo remontan el río.