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Voluntariado animalista 10 - Organismos públicos 0

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Las ayudas a albergues de animales de Valencia tras el paso de la DANA, así como los rescates, la recogida y la entrega de donaciones, están exclusivamente a cargo de personas voluntarias. Sobre todo, en las instalaciones cedidas por el club deportivo Sporting Benimaclet CF, donde ya han sido acogidos casi 400 animales sin ayuda pública alguna

La terrible DANA de finales de octubre azotó con fuerza diferentes puntos de España y tuvo como epicentro la provincia de Valencia. Pueblos totalmente arrasados por la fuerza del agua y personas que lo han perdido absolutamente todo, incluso su vida. Pero esta tragedia también se ha cobrado otras víctimas: los animales. Se desconoce aún un número aproximado de los que han muerto como consecuencia de las riadas, quedando sepultados bajo el barro. Aún siguen apareciendo cadáveres una semana despúes. Pero lo que sí está claro es que todos los albergues de animales de las zonas más afectadas han quedado destrozados por el temporal.

Los primeros días salían numerosos vídeos de animales con el agua al cuello y sus cuidadores pidiendo ayuda desesperada para salvarlos, incluso arriesgando su vida al intentarlo. No pudieron conseguirlo con todos, pero sí actuaron de forma inmediata, organizándose mediante llamamientos por redes sociales para reubicar al mayor número de animales posible -entre otros, gatos, perros, roedores y caballos- en lugares más seguros. Todo ello, con sus propios medios, sin ayuda de ayuntamientos ni de la Generalitat Valenciana.

Las instalaciones del Sporting Benimaclet CF son ahora el “gran albergue” de cientos de animales

Más de una semana después, la situación no ha variado. Responsables de refugios de animales y personas voluntarias siguen trabajando muy duro, a diario y sin descanso, para intentar reconstruir los albergues, con su propio dinero y con la ayuda de donaciones de personas comprometidas y amantes de los animales. También continúan reubicando a animales que siguen apareciendo por las calles, atrapados en lugares con lodo, en casas derruidas por el temporal o incluso por las carreteras. Cabe recalcar que es una ardua tarea, puesto que la mayoría de esos refugios fueron arrasados por la DANA, lo que dificulta considerablemente el encontrar espacios donde los animales permanezcan hasta que puedan volver a sus lugares de origen. Si es que pueden, ya que ha aumentado considerablemente el número de abandonos.

No obstante, gracias a la inestimable ayuda del Sporting Benimaclet, un club deportivo local, se ha logrado tener un pequeño respiro, al disponer de un sitio amplio para dejar allí a cientos de animales de forma temporal. Y es gracias a que el club ha cedido sus instalaciones para albergar, hasta ahora, a casi 400 animales de distintas especies; la mayoría, perros. Estas instalaciones deportivas se han convertido en el mayor centro logístico de rescate y acogida de animales, así como el más importante punto de recogida de donaciones de comida y mantas, también destinadas a socorrer a personas que lo han perdido todo.

Sin ayuda de los organismos públicos en materia de protección animal

Y todo ello sin ayuda de ningún organismo público, ya que, mientras la Dirección General de Derechos de los Animales convoca ruedas de prensa para decir, básicamente, que están “poniendo en marcha acciones destinadas a proteger a esos animales”, y el área de Bienestar Animal de la Comunitat Valenciana ni se pronuncia ni parece que se mueva, bajo el paraguas del recién elegido director general de Interior, experto en “festejos taurinos”, la realidad es que los animales que han sufrido las consecuencias de esta DANA están en manos de personas voluntarias. Personas que prácticamente han paralizado sus vidas, compaginando trabajos y familia con estar disponibles 24/7 la gran mayoría de ellas. Agotadas y traumatizadas por ver tantos animales heridos, asustados, perdidos e incluso muertos. Y, también, frustradas por la falta de ayuda de los organismos públicos.

Hemos hablado con varios coordinadores del “campamento de Benimaclet”, como lo llaman en redes sociales, y nos explican que han tenido que “improvisar” y responsabilizarse de tareas para las que no tienen experiencia profesional ni, por supuesto, reciben remuneración alguna. Desde coordinadores de rescates y adopciones, hasta responsables de logística y donaciones. Como un “puesto base de mando de operaciones”, pero sin gestión pública ni profesional. Afortunadamente, cuentan con el apoyo de veterinarios que, de forma solidaria, atienden a diario a todos los animales que llegan a las instalaciones cedidas por el club deportivo y, de hecho, están coordinados con los hospitales veterinarios UCV, CEU y AUNA.

“Han venido voluntarios de toda España, incluso un grupo especialista en rescates de Portugal, que se quedaron muy sorprendidos de ver que no teníamos ninguna ayuda de ayuntamientos, ni de Diputación ni de la Generalitat Valencia”, explica uno de los coordinadores. También incide en que “todos los días llegan animales a Benimaclet”. Y en que, a veces, son 40 o 50 perros a la vez. Gracias a que se cuenta con una media al día de 200 personas voluntarias para colaborar en la gestión de todos los “departamentos” que se han improvisado, han conseguido estar medianamente organizados, pero lamentan no contar con el apoyo de profesionales de organismos públicos. Esos directores, delegados, diputados, concejales, técnicos y no sé cuántos cargos más que deberían estar ahí, al pie del cañón, gestionando las principales cuestiones en materia de protección animal. Pero no están. Además, el voluntariado también incide en que allí no tienen ninguna clase de seguridad, a pesar de haber tantas personas y tantas donaciones de distinto tipo.

Ni cuerpos policiales, ni ejército, ni UME han aparecido por allí en toda la semana, desde que empezó el desastre. Comprenden que miles de personas necesitan ayuda urgente y que muchas han muerto, pero también consideran que, al menos, podrían tener personal de Protección Civil, ayudando a controlar las colas que se forman cada día para acoger a animales en casas particulares o para la entrega de donaciones. Por otro lado, piden con urgencia material EPI adecuado, pues lo poco que tienen lo ha comprado el voluntariado o se lo han llevado otros particulares.

En resumen, las personas animalistas están unidas entre sí; pero están solas, sin apoyo de ayuntamientos ni de la Generalitat Valenciana, sin fondos económicos y sin protección ni seguridad alguna por parte de los cuerpos policiales y militares. Aunque no cabe duda de que, en ese campo de fútbol, ganan por goleada a esos organismos públicos que se pasean por las ruedas de prensa anunciando ayudas y medidas que aún no han llegado. Ni sabemos si llegarán pronto o algún día.