La Gran Purga estalinista convive con sendos retratos de familias rotas y unidas en la tercera jornada de Seminci
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La recreación de los años más crudos de la Gran Purga estalinista en el regreso del ucraniano Sergei Loznitsa a la ficción en 'Dos fiscales', ha compartido protagonismo en la tercera jornada de la Semana Internacional de Cine de Valladolid con formas muy diferentes de aproximarse a los recovecos de las relaciones familiares: mientras 'Golpes', de Rafael Cobos (guionista habitual de Alberto Rodríguez), brinda una película de atracos deudora del cine quinqui, para explorar la relación entre dos hermanos que viven la transición española a ambos lados de la ley; en 'La chica zurda' la cineasta taiwanesa Shih-Ching Tsou firma un vibrante retrato de una familia disfuncional en Taipéi, con su retrato de la resiliencia femenina a través de tres generaciones de mujeres en su Taiwán natal, informa Ical. En 'Dos fiscales', Loznitsa adapta a la gran pantalla la novela homónima del preso político Georgy Demidov, ambientada en los crudos años de la Gran Purga de Stalin dentro del Partido Comunista Soviético. La película enfrenta dos maneras contrapuestas y antagónicas de entender la justicia : la del fiscal local inspector de prisiones Kornev, que interpreta Alexander Kuznetsov, y la del todopoderoso fiscal general del régimen, Vyshinsky, desde su despacho en Moscú, encarnado por Anatoliy Beliy. La honestidad contra la corrupción, la firme creencia en los principios que llevaron a la creación del Partido Comunista Soviético frente a su desintegración de la mano del totalitarismo. Loznitsa explicó en Valladolid que el film nació de materiales de archivo extraídos de los juicios derivados de la Gran Purga . «Realizaron acusaciones públicas falsas a miles de personas para dividir al pueblo. Acusaron a ingenieros, intelectuales, miembros del partido... y encarcelaron a más de 70.000 intelectuales. La gran pregunta era por qué a ellos. Ahora ya sabemos que los acusados no participaron en ningún tipo de sabotaje contra el poder soviético, y eso es lo que quería mostrar en la película», relató. Al contemplar los documentos reales de los juicios de cuanto aconteció en esos años de la Gran Purga, Loznitsa quedó «sumamente impresionado». «Es casi imposible creer que aquello sucediera tal cual», señaló, y fue precisamente por ello por lo que decidió usar localizaciones reales para grabar dentro de una prisión auténtica de ese periodo, ciñéndose a una estricta paleta de colores creada para la ocasión por su director de fotografía habitual, el rumano Oleg Mutu. El gris, el negro, un marrón muy particular y un rojo borgoña que evoca constantemente el tono de la sangre presiden el relato. Además, el inmovilismo de la cámara le ayudaba en su misión de retratar el totalitarismo que propició aquel horror, que según explicó resuena con especial intensidad en el presente actual. «Quería mostrar lo que sucedió con estas personas que fueron acusadas en juicios públicos y que acabaron en prisión. Si vemos lo que está sucediendo actualmente en Rusia, encontramos similitudes con lo que sucedió hace 80 años, y eso significa que nada ha cambiado realmente en la sociedad, no estamos tan lejos de los peligros de antaño, de esos estados totalitarios», abundó. A su juicio, «es importante entender lo que sucede y qué tipo de errores cometió la gente para poder llegar a aquella situación». En 'Golpes', el ganador de sendos premios Goya al mejor guion por 'La isla mínima' y 'El hombre de las mil caras', Rafael Cobos, ofrece una película que transcurre al ritmo de los atracos y de los beats de Bronquio . El guion, coescrito junto a Fernando Navarro ('Segundo premio'), aspira a encontrar el equilibrio entre sus dos protagonistas, a los que dibuja con arquetipos bien conocidos por los amantes del policiaco: Migueli (Carroza) es un ladrón de buen corazón, guiado con la noble causa de dar sepultura a su padre para que, por fin pueda vivir en paz; pese a que acaba de salir de prisión, es una leyenda en su barrio, donde todos los respetan y admiran; por el contrario, su hermano Sabino (Tosar) es un hombre gris, inerte, desconfiado, receloso e inseguro («seco y raro, como Pinter», se define él mismo), que ve cómo pese a haber seguido el 'buen camino' su relación de pareja se va a pique y su única opción de reencauzar su vida pasa por dar captura a su hermano menor. Por último, 'La chica zurda' pone el foco en tres generaciones diferentes de mujeres en el Taipéi contemporáneo. Tras años viviendo en el campo, se ven obligadas a trasladarse a la capital donde intentan abrirse camino con un puesto en un mercado callejero nocturno cuando la madre soltera pone en marcha su propio puesto. Con pulso vibrante la cineasta filma la resiliencia femenina en un entorno hostil. The New School Center for Media en Nueva York fue el escenario donde, a comienzos del milenio, el destino cruzó las vidas de Sean Baker, el flamante último ganador del Óscar a la mejor película por 'Anora', y la taiwanesa Shih-Ching Tsou. «Nos conocimos mientras yo cursaba un máster y cuando él ya se había graduado allí. Hablamos de muchas películas, del trabajo en el cine, y vimos un montón de cosas juntos, hasta que decidimos hacer una película», explicó. Fue entonces, hace cerca de 25 años, cuando le contó que, en sus años en el instituto, su abuelo le dijo a ella, que era zurda, que «la mano izquierda era la mano del diablo y no debía utilizarla». «Pensé que tras aquella idea había una película y decidimos volar a Taiwán a buscarla. Grabamos en algunos mercados y empezamos a buscar el contexto de la historia, pero cuando ya teníamos la estructura básica, con la familia y las niñas en mente, nos dimos cuenta de que ese proyecto sería demasiado grande y necesitaría mucho dinero, de forma que regresamos a Nueva York y allí, con 3.000 dólares cada uno, hicimos nuestra primera película», señaló en alusión a 'Take Out'(2004). Desde entonces, Shih-Ching Tsou se convirtió en su productora habitual en trabajos como 'Starlet' (2012), 'Tangerine' (2015), 'The Florida Project' (2017) o 'Red Rocket' (2021), que han consolidado a Baker como una de las voces más potentes del cine independiente norteamericano. Ahora han invertido sus papeles, con Baker como productor, para dar forma a su primera película como directora en solitario, que tras su estreno mundial en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes vivió este domingo su estreno español en la 70 Semana Internacional de Cine de Valladolid.
