ru24.pro
Abc.es
Октябрь
2025
1 2 3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31

El pueblo de Asturias que vio nacer al chef José Andrés: cuál es, dónde está y sus mejores restaurantes

0
Abc.es 
España es un país que ha regalado al mundo nombres ilustres en la cocina . Chefs que han revolucionado la forma de entender la gastronomía , desde los templos de la alta cocina hasta los fogones más humildes. Entre ellos sobresale el chef José Andrés , el cocinero asturiano que ha llevado el sabor de su tierra y la generosidad de su mesa a los cinco continentes. Pero detrás de esa figura internacional hay un punto de partida concreto, un pueblo del norte de España que lo vio nacer y que guarda todavía hoy la esencia de su origen. Ese lugar no es otro que Mieres del Camín , una villa minera marcada por décadas de actividad industrial ligada al carbón y al hierro. Allí nació, en 1969 , José Ramón Andrés Puerta y, aunque se trasladó pronto a Cataluña, sus raíces están en este concejo de la Montaña Central asturiana, donde aún resuena el orgullo de ser la cuna de uno de los cocineros más influyentes del mundo . Mieres conserva el carácter de un pueblo trabajador, con calles donde conviven la memoria de las cuencas mineras y una vida cotidiana que ha sabido reinventarse tras el declive industrial. Sus plazas , sus mercados y sus sidrerías representan la forma de vida asturiana, donde compartir mesa y conversación es casi un ritual. Y es precisamente esa cultura popular la que el propio José Andrés ha reivindicado siempre como el sabor de su infancia . El concejo de Mieres se encuentra en la Montaña Central de Asturias , rodeado de valles y paisajes donde la naturaleza aún impone su fuerza. El río Caudal atraviesa el municipio y a su alrededor se levantan montañas que ofrecen rutas de senderismo y miradores. El casco urbano de Mieres del Camín concentra buena parte de la vida cultural y social del concejo. Allí se celebran mercados, ferias gastronómicas y fiestas populares en las que la sidra y la cocina local son los protagonistas indiscutibles. Las calles combinan arquitectura tradicional con edificios modernos, y todavía hoy es posible pasear por barrios con sabor auténtico, donde el tiempo parece avanzar a otro ritmo. Para quienes lo visitan, Mieres no es solo un lugar de paso, sino un destino que ofrece una Asturias genuina, menos turística que la costa, pero igual de intensa en paisajes y, sobre todo, en sabores . Hablar de Mieres también es hablar de su cocina, porque allí se mantienen vivas las tradiciones culinarias que forman parte del ADN asturiano . Uno de los locales más conocidos es Casa Fulgencio , situado en pleno centro, que funciona tanto como sidrería como restaurante . Es uno de los lugares predilectos para quienes buscan marisco fresco, pescados bien preparados y tapas de toda la vida , acompañado, cómo no, de buena sidra escanciada en mesa. Su ambiente refleja esa mezcla de autenticidad y hospitalidad que tanto caracteriza a la región. Otro de los referentes es El Cenador del Azul , un espacio que ha sabido reinterpretar la tradición con un punto de modernidad. Allí el visitante puede encontrar platos de la cocina asturiana más clásica, como el pitu de caleya , pero presentados con un cuidado especial. Su propuesta combina producto local con un servicio más refinado, ideal para quienes buscan una experiencia que vaya más allá del menú del día sin perder el sabor de siempre. Mieres también presume de lugares más informales, como la Sidrería El Pichote , famosa por su ambiente animado y por las raciones generosas . Aquí el cachopo se convierte en plato estrella, junto a las tablas de quesos, chipirones y carnes al estilo asturiano. Es un lugar pensado para compartir, donde lo importante es probar de todo y dejarse llevar por el bullicio alegre de las sidrerías. Mieres del Camín no es solo el pueblo que vio nacer a uno de los grandes cocineros del planeta, es también un ejemplo de c ómo la gastronomía asturiana sigue viva y presente en cada rincón . El legado de José Andrés encuentra aquí su raíz, en las sidras compartidas, en los guisos de cuchara, en la sencillez de un buen cachopo o en la nobleza de un pescado del Cantábrico. Quien recorra hoy sus calles descubrirá una villa orgullosa de su historia minera, con un paisaje cultural que se reinventa a través de su gente y su gastronomía. Y es precisamente en esa conjunción de memoria, sabor y hospitalidad donde se entiende mejor de dónde procede la inspiración de un chef universal .