Fuente Palmera, viaje al epicentro nupcial: bodas más cortas, con menos invitados y ropa más cómoda
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Varias calles lucen alfombradas y repletas de puestos con fotomatones giratorios o robots, maquillaje, pelucas, viajes, gastronomía y, sobre todo, moda y complementos. Es la décimo octava edición de Fuente Palmera de Boda , la feria especializada en moda nupcial que reúne a 34 expositores y una docena de firmas, con la peculiaridad de celebrarse a cielo abierto, en torno a la plaza Real, bajo la atenta mirada de las torres de la Purísima Concepción. «Ahora se estilan las bodas más pequeñas, más ligeras, con menos invitados . La novia busca vestidos cómodos, con menos cola y sin velo», explica Carmen González de la Rosa, de Higar Novias , la empresa santo y seña de un sector que factura 15 millones de euros con medio millar de empleos en una localidad que roza los diez mil habitantes. Esta tendencia la corroboran otros expertos. Solo Higar, gran tienda formada por varias casas unidas, vende más de dos mil trajes al año entre novias, novios, fiesta y comunión. Según la Asociación Empresarial de la Colonia de Fuente Palmera , en el municipio se alcanzan hasta 8.000 vestidos de novia, 15.000 de fiesta y 6.000 de comunión. En la tienda, una novia se prueba su vestido ante familiares expectantes, sin la presencia del novio. A pesar del descenso de bodas, la demanda es tal que Higar presenta ya colecciones con dos años de adelanto. «En 2027 predominará el brillo ; se han dejado atrás las líneas lisas», añade González. En Aguilar Novias , Paloma Fernández también observa un auge de ceremonias más íntimas: «Con gasas, un estilo más bohemio y romántico». La firma cumple 60 años desde que la fundara su abuelo, Manuel Cepedeño, y vende más de 200 vestidos de novia al año , con un pico de 350 tras la pandemia. «Se llevan los trajes sencillos, transparencias, brillos y escotes», apunta. La tienda Carmen Martín, nacida en los años 80 como un comercio de ropa variada, es otro ejemplo de cómo la prosperidad del sector transformó negocios locales. Hoy está especializada en novios, cóctel y comunión . «Las bodas civiles buscan jardines y exteriores, y ya no se concentran en verano. Ahora triunfan la primavera y el otoño; julio y agosto se han parado», explica su propietaria. Los expertos coinciden en que este cambio de formatos responde también a que los novios son más mayores y proliferan las segundas uniones o los matrimonios entre personas del mismo sexo. La firma Blackpier, de Córdoba capital, alquila un local para la feria. Se dedica a trajes cien por cien personalizados para caballeros. «Los chicos son cada vez más atrevidos», señala Sara Alcaide. En su escaparate luce un chaleco de Los Vengadores y entre sus encargos más sorprendentes figura un traje-collage con coches, grupos musicales, mascotas, aventuras y personas queridas del cliente. María José García (de la firma Josefina Novias ) recuerda los orígenes de su negocio hace tres décadas. Especialistas en comunión, también trabajaban ceremonia y bautizo, además de fiesta, madrina y algo de novia. «La gente se atreve con todos los estilos, pero también influye que las bodas sean ahora más pequeñas, con invitados más allegados solamente». En Joyería Carrolo , otra de las firmas expositoras, Miriam Martínez atiende a una familia interesada en las clásicas alianzas . Solo durante la feria pueden vender hasta 40 pares. «La alianza clásica en oro amarillo sigue siendo la más demandada, no pasa de moda. Es la que llevaron nuestros padres», afirma. Innovan con modelos y ferias de proveedores, pero el oro rosa o los diseños bicolores se quedan en minoría ante la fuerza de la tradición. La misma familia continúa su ruta hacia los expositores de viajes. En Viajes Halcón, Eloy Reyes asegura que la mayor demanda es hacia Estados Unidos y Asia: « Nueva York combinado con Caribe , la Costa Oeste en coche o la Ruta de la Música. Mientras que en Asia triunfan Tailandia, Bali y Sri Lanka». Además de moda y complementos, la feria acoge expositores de menaje, tartas, vídeo o muebles, junto con numerosos desfiles. Un escaparate único donde Fuente Palmera, con apenas 10.000 habitantes, se reafirma como la capital cordobesa de la moda nupcial.