La ruta de Pamplona que inspiró a Hemingway: cafeterías, hoteles y otros rincones por los que pasó el autor
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Cuando el verano se despide y el otoño comienza a pintar los paisajes con tonos ocres, amarillos y rojizos, son muchas personas buscan nuevos destinos con encanto para una escapada de fin de semana. Más allá del turismo típico en grandes capitales masificadas, existen propuestas que pueden ser perfectas para redescubrir ciudades conocidas desde otras perspectivas. Entre ellas encontramos Pamplona , que destaca como un destino especial más allá de por sus tradiciones, como San Fermín, sino también por haber sido lugar de vivencias e inspiración para una de las figuras más destacadas de la literatura del siglo XX, Ernest Hemingway. El escritor estadounidense visitó por primera vez la capital navarra en 1923, y quedó muy marcado por sus calles, sus gentes y, sobre todo, por las fiestas de San Fermín. Aquella experiencia le influyó tanto que, años después, fue escenario de su novela 'Fiesta', publicada en 1926. En esta obra también menciona rincones como el Mercado de Santo Domingo, la Catedral de Santa María la Real, el Ayuntamiento, la Plaza Consistorial o la Plaza de Toros . Además, otros trabajos suyos cuentan con influencias o referencias a la localidad pamplonica. Junto a esta última se puede encontrar un monumento en honor de Hemingway que se inauguró en 1968 y en el que se puede leer: «Ernest Hemingway, Premio Nobel de Literatura, amigo de este pueblo y admirador de sus fiestas que supo describir y propagar la Ciudad de Pamplona ». Desde entonces, Hemingway quedó tan prendado de la ciudad navarra que volvió en ocho ocasiones más , creando una estrecha relación con la ciudad que hoy en día se materializa en una ruta turística y literaria perfecta para recorrer en esta época del año, conocida como la Ruta Hemingway. Tal como se puede comprobar en la web de turismo de Navarra , el recorrido empieza en pleno corazón de Pamplona, en la Plaza del Castillo , una parte de la ciudad que el autor describió como vibrante y siempre en movimiento. Allí se encuentran lugares imprescindibles como el Café Iruña , cafetería en la que Hemingway pasaba horas observando la vida pamplonica y charlando con lugareños. Esta cafetería fue tan emblemática para el estadounidense que, si te adentras en ella, puedes encontrar una estatua de Hemingway a tamaño real junto a la barra en la que solía tomar café. Cerca de allí, el Hotel La Perla era el lugar en el que donde solía hospedarse el escritor, edificio que conserva intacta la habitación 217 como si fuera una cápsula del tiempo. La ruta también lleva al visitante a otros bares y cafés que fueron parte del día a día de Hemingway, como el Bar Choko o el desaparecido Bar Torino , rebautizado en sus novelas como Bar Milano. La calle Eslava y la calle San Fermín fueron dirección de residencia del escritor, a las que se añaden otros puntos míticos como la Taberna Casa Marceliano y el Hotel Yoldi , donde se vio con el torero Antonio Ordóñez , sobre quien basó parte de su obra 'El verano peligroso'. Todos estos rincones y más mantienen viva la esencia de una Pamplona de otro tiempo, donde se mezclaban toreros, periodistas, artistas y curiosos, sociedad a la que Hemingway perteneció temporalmente.