Un experto señala cómo mejorar la habilidad que marcará la diferencia en la vuelta al cole y el trabajo
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Quedan apenas unas horas para que se reanude la actividad educativa tras las vacaciones de verano y las aulas escolares, institutos, universidades y demás centros formativos de todo el país acogen, a partir de mañana, a millones de alumnos, con el empeño de que sean capaces de superar asignaturas y materias del nuevo curso . Tener buenas habilidades de comunicación en el ambiente educativo puede ser el aspecto que marque la diferencia y suponga el éxito académico y más tarde profesional del alumno. Así lo asegura el experto en talento y técnicas de estudio de la Fundación Casaverde, Julio García Gómez, quien explica que «la comunicación efectiva es una competencia clave en cualquier carrera u ocupación». Y se puede aprender. El autor del libro «Técnicas de Comunicación Eficaz» sugiere una serie de pautas para mejorar este aspecto, a veces descuidado, en todas las etapas formativas. La propuesta elaborada por el experto centra su atención en las estrategias de comunicación a seguir para potenciar el aprendizaje a través de la relación interpersonal en los ámbitos familiares, y de ahí, a la escuela, con la implicación de padres, profesores y el propio alumno. Estas son las claves de comunicación para un curso mejor, según este experto: Se debe potenciar desde el primer día la relación con los hijos mostrando curiosidad y dando enfoque al nuevo curso sobre qué materias van a estudiar este año, qué profesores las van a impartir, qué compañeros van a tener. Hay que hablar todo lo posible con los hijos estos días previos a la incorporación y establecer el diálogo familiar en profundidad. Para eso, es necesario marcar de entrada un «pacto de pantallas» para limitar desde el principio su uso y potenciar sus fines educativos y formativos. Con los más pequeños, apunta este profesional, es necesario poner en marcha un inicio lo más lúdico y entretenido posible, que no dé lugar a la rutina. Para ello, recomienda, «incentivaremos la vuelta con juegos de familia en los que se intercambien los papeles de los miembros a modo de pequeña obra de teatro, cambios de papeles con los hijos como profesores y los padres como alumnos, por ejemplo. Se deberán activar 'zonas libres de móviles' en los lugares donde convivamos con los hijos para potenciar la expresión verbal como elemento de relación familiar y social». En los primeros días de la vuelta al cole, resultará eficaz una comunicación fluida abriendo al final de la jornada, de manera distendida. Bastarían diez minutos de coloquio familiar en los que se dialogue sobre aspectos cómo 'qué has hecho', 'qué es lo mejor y peor de la jornada', 'qué te gustaría hacer en el curso', 'con quién has establecido relación de compañera o compañero'«. Desde la familia se debe incentivar la comunicación y el diálogo entre alumnos y profesores, que manejen adecuadamente el lenguaje verbal y el no verbal participando en clase, preguntando y exponiendo temas de las asignaturas. Y ese mismo diálogo debe fomentarse en la relación de padres y profesores para juntos propiciar el progreso educativo de los hijos. Hay que establecer unas reglas de comunicación en que no haya uso de teléfonos móviles para intercambiar opiniones y haya relación interpersonal. Resultará positivo crear vínculos de amistad entre las chicas y chicos de clase que reviertan en una transmisión de conocimiento más permeable. A juicio de Julio García Gómez, «es oportuno crear zonas para el disfrute de la conversación oral, para saber expresar con el cuerpo y las manos, sensaciones, emociones e ideas, aprender a mirar a los ojos para saber qué comunican, y cómo el rostro puede apoyar y potenciar una frase o la contestación a una pregunta». Durante la, ESO, el Bachillerato y Formación Profesional, advierte, «se hace incluso más necesario propiciar también actividades de desarrollo de destrezas de comunicación para exponer trabajos en clase con el desarrollo transversal del uso de la voz, la oratoria, los mensajes, el lenguaje gestual y la capacidad de persuadir con la expresión y saber condensar y dar los mejores titulares de una materia o de un trabajo de clase». Pero, sobre todo, recuerda este experto, que las tecnologías no mermen sino sumen a la comunicación. «Las pantallas pueden apoyar la comunicación que se establece en el ámbito educativo con un uso estratégico de su capacidad de elemento de apoyo a la búsqueda de conocimiento en las fuentes más universales. Es imprescindible saber encontrar la información para fomentar el saber». La buena comunicación , concluye García Gómez, «es la que implica a todos los sujetos de la educación y obtiene los mejores resultados en la formación de la persona. La palabra, el mensaje, lo que se expresa y lo que se transmite de forma oral, son elementos fundamentales en el crecimiento personal y en el fomento de sus competencias de comunicación».