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La base de Rota es una pieza clave en las relaciones de EE.UU. con España pese a las turbulencias de Trump con Europa: «Un punto inmejorable»

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Ver por la calles de Rota un Chevrolet con un marine con gafas Ray Ban al volante y dos niños como pasajeros llevando su refresco Dr Pepper y mascando unos chicles, con música americana de fondo en la radio y unos Marlboro en el salpicadero fue una estampa yanqui común en la ciudad gaditana a partir de la década de los 50. En esos años empezaron a llegar un gran grupo de americanos a la base naval de Rota para usarla de forma conjunta . Desde entonces, el vínculo se ha mantenido. Sin embargo, la vuelta de un Trump que califica a sus aliados europeos de «gorrones» , mientras busca trasladar su atención al Pacífico, ha sumido al Viejo Continente en la incertidumbre. Y las bases de Europa con presencia estadounidense no quedan fuera de esta ecuación. Entre ellas está la de Rota, aunque para el gran público puede pasar desapercibida, su relevancia estratégica es enorme. Además las excelentes relaciones de Trump con Marruecos, que ya en 2020 ofrecieron dos alternativas a la base gaditana, vuelven a ponerse de actualidad . Y en medio de este panorama, Jim Townsend, ex subsecretario adjunto de Defensa de EE. UU. para Europa, declaró a 'Financial Times': «Cualquier cosa podría pasar. Hay muchísimas cosas que podrían hacer enfadar a Trump». Pocos hubieran sospechado, por entonces, que una pequeña ciudad andaluza se convertiría en lo que el FT llama «base paraíso». De hecho, la base se ha convertido en el pilar económico de la zona. Aproximadamente dos tercios del PIB local provienen de esta instalación que tiene a más de 3.000 militares estadounidenses. Con un impacto económico estimado en 500 millones de euros al año de los que más de una cuarta parte procede de la marina estadounidense. Aeródromos y muelles militares se combinan con restaurantes, supermercados con productos exentos de impuestos, incluso con un campo de golf, una bolera o una playa. Lo cierto es que la base de Rota es un «punto inmejorable» , como destaca a ABC Enrique Ayala, analista de la Fundación Alternativas y general de brigada retirado. Está a medio camino entre Estados Unidos y Oriente Medio, es un puente a Europa, tiene proyección sobre el Estrecho de Gibraltar y el Mediterráneo Occidental con accesibilidad al norte de África. Al tiempo que ofrece una ventajosa posición de respuesta en caso de crisis en el Sahel. No es de extrañar que Washington se interesara por estas instalaciones para desplegar fuerzas que contuvieron a la Unión Soviética. Y desde el final de la Guerra Fría proporcionó apoyo logístico a las unidades en la región y asistencia a los aviones de la Fuerza Aérea en tránsito hacia otros puntos de Europa y del Mediterráneo. Además, Rota cuenta con las únicas instalaciones de todo el continente europeo capaces de limpiar los materiales y equipos de los grupos anfibios desplegados en la región, según el documento de la IEEE «La base de Rota y Morón y su relevancia estratégica para España». En definitiva, su situación privilegiada la ha convertido en una de las joyas de la corona de la defensa occidental y en una pieza fundamental del escudo antimisiles de la OTAN. Este escudo es un sistema pensado para detectar, rastrear y destruir misiles balísticos en pleno vuelo. Integrado por bases estratégicas distribuidas en España, Alemania, Polonia, Rumanía y Turquía. No obstante, Ayala matiza que si bien la OTAN considera el escudo como propio, en realidad es un producto estadounidense. Y el documento de la IEEE afirma que «es en esta base española donde podemos encontrar el mayor polvorín de Europa». Con la presencia de cinco destructores estadounidenses equipados con AEGIS–SM-4, que proporcionan cobertura antimisil a los aliados mediterráneos. Al mismo tiempo sirven contra la lucha antisubmarina en la fachada atlántica y en la defensa del flanco sur de la OTAN para salvaguardar los intereses de EE.UU. « L a popularidad de Rota no radica ni en su importancia para nuestro país ni en su empleo por parte de la Alianza Atlántica, sino en las instalaciones que la Armada estadounidense tiene en la base española », recalca el artículo de la IEEE. Y confirma esa idea a ABC, una de sus autoras, Rocío Vales, investigadora predoctoral FPU de Ciencias Políticas de la Universidad Pablo de Olavide. Precisamente los buques de guerra americanos, según Ayala, proporcionan un escudo móvil que fue inicialmente diseñado para proteger al continente de Irán. La cuestión es que «ninguna armada europea tiene algo similar», señala FT. Y el sexto de los destructores que iba a enviarse a la base ha quedado en el limbo a la espera de lo que decida EE.UU. En 2020, Vales nos cuenta que la prensa se hizo eco de la noticia de que Marruecos había ofrecido a EE.UU. dos alternativas a la base de Rota. La base de Alcazarseguir, entre Tánger y Ceuta. Incluso, se habló presuntamente de la localidad de Tan Tan , a orillas del océano Atlántico, cerca del Sáhara occidental y con proyección a las islas Canarias. Una base que, en realidad, carecía de las infraestructuras básicas para albergar y sostener despliegues de entidad. Esta propuesta tenía como contexto los intentos de normalizar las relaciones entre Israel y Marruecos, y el consiguiente reconocimiento, por parte del presidente Trump, de la soberanía marroquí sobre el Sáhara occidental. Sin embargo, el intento les salió mal a Marruecos. Pero la IEEE detalla que el vínculo estadounidense y marroquí desde entonces se ha ido reforzando, a la par que los contratos armamentísticos entre ambos países. Y Rabat ha incrementado sus capacidades militares en busca de la supremacía regional. «A los ojos de Trump, podría haber menos riesgos en poner bases en Marruecos», sostiene Michael Walsh, analista sénior del Instituto de Investigación de Política Exterior y que formó parte de la campaña por Biden. Pero Ayala considera que «en España existe una cierta estabilidad política que Marruecos a lo mejor no puede ofrecer en el mismo grado. Además, España es un país miembro de la OTAN, cosa que Marruecos no es». A eso se suma la alianza histórica que ha supuesto la base de Rota con EE.UU y la enorme inversión estadounidense en la zona que para Ayala hace muy improbable un cambio tan drástico y caro». La base de Rota y la presencia estadounidense se refuerzan entre sí, y son de importancia para la seguridad a futuro de España y el resto del continente. Porque, como explica la IEEE, en la franja sur destacan las tensiones históricas entre dos potencias regionales como son Argelia y Marruecos, la transformación de Libia en un Estado fallido y el puzle de países pequeños que van del Magreb hasta el Sahel. Unido a los problemas de la inmigración irregular, el terrorismo yihadista y el crimen organizado en torno al narcotráfico o el tráfico de personas que han terminado generando una relación simbiótica. «Todos ellos son factores que pueden contribuir a formar el caldo de cultivo idóneo para la propagación de riesgos y amenazas que pueden desestabilizar sociedades y gobiernos de forma que, sin la debida oposición gubernamental e internacional, pueden proyectar su influencia más allá del mar Mediterráneo», añade. Delatando la importancia de bases como la de Rota, junto con la de Morón. «El arco de inestabilidad que comienza en la orilla sur del Mediterráneo y se extiende hacia el Golfo de Guinea puede afectar directamente nuestra seguridad, por lo que Rota continuará siendo vital », destacaba Guillem Colom Piella, actualmente en situación de servicios como responsable de análisis geopolítico en el Estado Mayor de la Defensa, en su análisis «La geopolítica de las bases militares». De modo que pese al panorama político del momento, Ayala sostiene al igual que Piella en análisis que «la base de Rota es una pieza vital en el complejo entramado geopolítico. Su valor en la estrategia española, aliada y estadounidense está fuera de cualquier duda y su importancia se mantendrá a pesar del giro de Washington hacia Indo-Pacífico».