Jesús de las Penas y el Señor de la Coronación abren la Cuaresma en interiores por la aparición de la lluvia en Córdoba

Cada Cuaresma es igual que otras o distinta, según se quiera mirar. Este Miércoles de Ceniza lluvioso, recuerdo por un instante de lo que fue la Semana Santa anterior , dejó en Córdoba tan sólo un vía crucis de los dos previstos en las calles, y numerosos cultos en las iglesias. La lluvia hizo acto de presencia y frustró en parte los rezos tal y como estaban concebidos por la noche de puertas para afuera: el de la hermandad de la Esperanza se pudo hacer por el interior de la parroquia de San Andrés , y el de la cofradía de la Merced quedó en las oraciones de los devotos que pasaron ante el Señor en la casa de hermandad porque la parroquia se encuentra en obras. Por todo ello Nuestro Padre Jesús de las Penas no pudo visitar, así, la iglesia de San Agustín y rezar allí con carácter extraordinario la cuarta estación, la de la coronación de espinas en el altar mayor ante el Cristo de San Álvaro. Han sido ocho las estaciones incluidas en este rezo que se ha salido fuera de lo habitual este año por la conmemoración de los seis siglos de vía crucis en Occidente. Por esta razón el Cristo de San Álvaro aguarda en veneración en San Agustín desde este miércoles hasta su traslado para el Vía Crucis de las Cofradías del próximo sábado. Ante la lluvia, el Señor de las Penas permaneció en San Andrés y sus devotos rezaron igualmente las ocho estaciones siguiendo el ejemplo de quien lo inició e implantó en Occidente desde Córdoba, el Beato Álvaro, hace 600 años. Con la túnica bordada en oro sobre terciopelo rojo que hizo Mercedes Castro , y las potencias de salida en plata de ley que labró Ramón León, el Señor fue en parihuela sobre un calvario multicolor. Variadas especies florales fueron su suelo, desde tulipanes rojos, limonium, alhelíes malvas, iris azules, claveles sangre de toro y morado, statice morado y malva, y verdes. No pudo detenerse Jesús de las Penas en los emblemáticos lugares previstos ni hacer estación en la iglesia de San Agustín al filo de las diez de la noche. Queda para verlo en otra futura e hipotética ocasión la estampa inédita en el mismo lugar junto al Cristo de San Álvaro y la Virgen de las Angustias dentro de la iglesia fernandina. Sí se mantuvo el acompañamiento musical de un quinteto de la banda de la Esperanza. Lo que quedó invariable también , como no podía ser de otra manera, fue la octava estación, 'Descienden a Jesús de la Cruz y es depositado en los brazos de la Virgen', en la capilla de la hermandad de la Esperanza junto a su Madre, María Santísima de la Esperanza. Lejos, en el Zumbacón, Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas estuvo resguardado de la desapacible noche en su barrio, Normalmente es en la parroquia de San Antonio de Padua donde cumple este culto fijado en sus reglas, pero por obras el templo permanece cerrado y el patio tiene maquinaria, por lo que la imagen permaneció en la casa de hermandad de la Merced. La avenida de la Agrupación Córdoba no lo vio pasar hacia la Cruz Blanca no pudo ser. Estuvo sobre su parihuela, adornada con claveles rojos, pero no cupo otra opción y durante media hora recibió las plegarias de sus devotos. También dentro de los templos se dieron los habituales cultos cuaresmales en esta fecha: continuó el quinario del Señor Rescatado en Santa maría de Gran Gracia, el septenario a María Santísima de la Soledad en la parroquia de Santa María de Guadalupe, y el quinario Señor del Santo Sepulcro en la Compañía. En honor del Cristo de la Misericordia comenzó el solemne quinario en la basílica menor de San Pedro y ante el Señor de la Bondad se pusieron en el santuario de la Fuensanta en su quinario.