El desafío que más se repite lo cruza con un rival al alza
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A la doble escabechina sufrida en Fuenlabrada y Burgos, un par de patinazos que a punto estuvieron de encender las alarmas, respondió el Real Betis Baloncesto con una triple muestra de amor propio, solidez y competitividad para abrochar una trilogía de victorias frente al HLA Alicante , el Real Valladolid Baloncesto y el Grupo Alega Cantabria. Se podría matizar que, sí, en efecto, son rivales de la zona baja, menos prestacionales que el equipo verdiblanco, mas en cualquier caso son todos ellos equipos que se podrían haber atragantado en un momento crítico de la temporada, de dudas, entre las derrotas, las lesiones, la sanción a Radoncic y la acumulación de minutos en los jugadores más importantes . De ese atolladero escapó el Betis, que sigue acorazado en San Pablo y este domingo culmina la serie de tres encuentros en nueve días visitando por segunda vez esta campaña la caldera de Pumarín para medirse al Alimerka Oviedo , un equipo en trance. Archiconocido por los verdiblancos, pues no en vano se ha enfrentado a él ya en tres oportunidades, dos de ellas en la Copa de España , el carbayón es un rival al alza que ha encadenado tres victorias y dos de ellas a domicilio, en las canchas del Movistar Estudiantes y el Ourense . Prueba irrefutables de su gran momento de forma. El Pazo orensano lo asaltó el pasado miércoles con una ración de quince triples y 94 puntos en el zurrón, 29 de ellos de Menuge , con una gran serie (7/11) en el lanzamiento exterior. Curiosamente, estos tres triunfos facturados por el Alimerka Oviedo se han producido justo después del parón por la Final Four de la Copa de España, cuando prescindieron de los servicios de su exterior extracomunitario, Hutchinson. Con ocho victorias en total , los asturianos, que llevaban casi toda la temporada en la zona baja de la tabla, se encuentran ahora más cerca del play off de ascenso que del descenso y hasta se pueden dar el lujo de mirar hacia arriba. Una motivación extra que los puede convertir en más peligrosos si cabe impulsados por ese suplemento anímico que les aporta la grada de Pumarín . Aunque el scouting ya esté hecho y, en este sentido, Gonzalo García de Vitoria no tenga que explicarles mucho ya a sus jugadores tras los tres asaltos anteriores con el Alimerka, conviene ponerlos sobre aviso porque es evidente que se trata de un equipo mejorado con filamento en el tiro exterior y más brega que brillo y altura en los tableros, en curioso paralelismo con el Betis Baloncesto. Con Radoncic fuera de combate por su sanción de tres partidos y Álex Suárez sin poder participar al no terminar de reponerse de la lesión, el equipo se ha quedado con los efectivos justos hasta el punto que en los dos últimos encuentros, como también sucederá esta jornada, ha tenido que convocar al canterano Juanma Ruiz Jódar para cumplir con la reglamentación de cuatro cupos en el acta. Sin excusas pese a los numerosos contratiempos que han amenazado su estabilidad durante la temporada, el cuadro verdiblanco ha seguido compitiendo. Y ganando. Innovando y reinventándose, con García de Vitoria rediseñando la rotación interior con dos parejas: Rubén López de la Torre-DeBisschop y Kasibabu-Tunde . Sacando a jugadores de sus posiciones y haciendo, todos, un esfuerzo para volver al carril de las victorias y mantenerse ahí, a velocidad de crucero. Bien es cierto que, aun con estos problemas, la plantilla del Betis Baloncesto tiene mayor nivel que muchas de la categoría, pero conviene no subestimar lo ya realizado dándole valor a cada victoria. Lo tiene porque los tres primeros ( San Pablo Burgos, Movistar Estudiantes y Flexicar Fuenlabrada ) han impuesto un ritmo inalcanzable para sus perseguidores, especialmente el líder, que en la jornada intersemanal venció al Palencia y quebró así la igualdad en la porfía por la cuarta plaza. Ahí está el Betis, con una victoria de ventaja sobre el conjunto de Luis Guil . La temporada está siendo durísima y en sus carnes lo está comprobando la escuadra verdiblanca, que aborda en Pumarín un reto de lo más complejo: firmar la cuarta victoria seguida ante un mismo rival. En el choque de la primera vuelta, el Betis se impuso remontando 14 puntos (86-77) , después venció en Oviedo en la ida de los cuartos coperos en un sufrido final de partido (78-82) y remató la faena el 7 de enero, sellando el pase a la Final Four del Coliseum, volviendo a ganar en San Pablo (78-71) . En los tres anteriores ha habido fases de sólido dominio verdiblanco, pero también de sufrimiento, así que lo mismo cabe esperar de este cuarto envite. Y sobran las razones para pensarlo habida cuenta el estado de forma de los anfitriones y el conocimiento estrecho de ambos equipos. Especial vigilancia requerirán el citado Menuge y Langarita , el joven escolta cedido por el Casademont Zaragoza que estará especialmente motivado tras haber sido llamado por Sergio Scariolo para la selección en calidad de invitado. Además, los ovetenses han incorporado a sus filas al escolta dominicano de 24 años y 1,92 metros Steven Verplancken. Más gasolina para su perímetro. En Pumarín, lo sabe el Betis, todo sucede muy rápido. Allí se juega a un ritmo alto, con muchas transiciones y tiros abiertos. No es el ritmo predilecto del Betis Baloncesto, más partidario de la pausa y el control, pero también ha ganado muchos partidos así. En cualquier caso, si Renfroe dirige, templa, manda y se hace con los mandos, las opciones béticas crecerán como la espuma en la medida en que sus perimetrales, sus tenores, se conviertan en protagonistas. Ellos dan lustre al trabajo menos llamativo pero igual de importante de los integrantes del juego interior, donde DeBisschop se acerca cada vez más a su mejor versión, Rubén López de la Torre ha dado un paso al frente y Kasibabu y Tunde han hecho buenas migas para aportarle una marcha más defensiva a este Betis Baloncesto que obligatoriamente tiene que reforzarse. Y qué mejor momento para hacerlo que en el inminente parón, para afrontar con las mejores garantías el tramo final de temporada.