Sevilla demuestra el amor a Cristo con tres imponentes vía crucis

Hace justo un año , a mediados de febrero , la ciudad estaba inmersa en el primer fin de semana de Cuaresma . Doce meses después, cuando aún faltan prácticamente tres semanas para el tiempo más esperado, Sevilla ha mostrado el amor de Cristo por sus calles en el día de San Valentín con la celebración de hasta tres vía crucis, dos externos y uno interno, a cual más espectacular, cada uno con una identidad propia, pero todos con el mismo fin que no es otro que evangelizar en tiempos complicados para los creyentes. El primero en salir fue el de las Siete Palabras. Los miembros de la banda Esencia llevaron la imagen durante la mayor parte del recorrido. La primera estación se rezó en la capilla sacramental, donde el crucificado recibirá el beso de los hermanos y fieles este domingo. El entorno de la parroquia estaba repleto de público, deseoso de acompañar a uno de los crucificados más impactantes y singulares de la Semana Santa. Se trata de uno de los nuevos vía crucis incorporados al calendario ordinario, aunque parece llevar toda la vida realizándose. En esta ocasión, la hermandad optó por recorrer calles estrechas de la feligresía, adentrándose en el auténtico barrio de las Siete Palabras y llevando la imagen por rincones verdaderamente encomiables, un culto en donde en ciertos puntos la hermandad ha logrado retrotraer a otras épocas añoradas de las cofradías, con el público necesario, dándole el sentido verdadero de lo que se celebra, como sentido también es de esos hermanos que acompañaron a su Cristo y recordaron a familiares que están en otros puntos del mundo y que, por un tiempo, no están juntos a sus titulares, pero a muchos kilómetros de distancia la fe les llega a través de los hermanos. Así ha comenzado un fin de semana intenso en San Vicente, que este sábado será el epicentro de la devoción a la patrona de Valencia. La Virgen de los Desamparados ha venido estos días para conmemorar el 125 aniversario de su asociación en Sevilla. Aprovechando la visita de la Virgen Peregrina, ha recorrido los puntos clave de esta advocación en la ciudad, culminando con una procesión al estilo sevillano que la llevará hasta el Señor del Gran Poder. Sin embargo, no todo es alegría en el barrio, pues durante la mañana del sábado muchas personas se despedirán de Mari Ángeles . El Señor la ha llamado antes de lo previsto, pero deja aquí un legado inmenso y valioso entre quienes la querían. Cuando alguien es bueno, natural, humilde, fiel y amigo de sus amigos por encima de todo, merece lo mejor de la vida. Quizás sea un momento donde pueda pensarse cómo ocurre esto, pero Cristo tiene la respuesta de una mujer que ya es un ángel del cielo que cuidará a los que siguen aquí. Ella ya va camino de las verdaderas arenas y está junto a su santo favorito, por el que cada año iniciaba un recorrido diferente hasta postrarse ante sus plantas. También en el casco antiguo, pero en otro rincón, en San Nicolás, el Señor de la Salud de la Candelaria protagonizó uno de los vía crucis más esperados. Muchos creen que esta portentosa talla parece hecha para salir en sus andas por la feligresía, que transita por calles únicas, a lo que hay que añadirle el ambiente de puro barrio que envuelve cada culto externo de la hermandad de la Candelaria en pleno centro de Sevilla. Hay bulla delante de las andas, claro que sí. Todos quieren rezar las catorce estaciones junto al Nazareno de San Nicolás . El ambiente es de alegría, pero también de recogimiento, en consonancia con la solemnidad de la personalidad de una hermandad que continuará con el besapiés del Señor durante todo el fin de semana en el presbiterio de la parroquia. Otra cita ineludible de cada febrero es contemplar cómo el Cristo del Calvario camina desde su capilla hasta el retablo mayor, recorriendo las naves internas de la Magdalena en el más absoluto y estricto silencio. No hay cortejo, solo los acólitos y la imagen, que es portada durante todo el trayecto por sus hermanos. Durante el recorrido, se lleva a cabo una meditación y se rezan las estaciones en una iglesia prácticamente en penumbra, iluminada únicamente por la luz de los acólitos y los dos cirios ubicados tras el crucificado, que marcan su posición en cada momento para poder seguirlo. Es un vía crucis íntimo, que adentra la Cuaresma en esta parroquia , una joya que bien podría ser cualquier catedral del mundo. Como catedral será el auténtico Calvario que la hermandad instalará la próxima semana.