Abascal evita mencionar a García-Gallardo y reivindica el proyecto de Vox: «Unos vienen, otros se van y si se van muy mal no decimos nada»
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Santiago Abascal ha hablado este martes por la noche de la salida de Juan García-Gallardo de Vox , casi 48 horas después de que el exvicepresidente de Castilla y León anunciara la renuncia a todos sus cargos públicos y orgánicos con fuertes criticas a la dirección nacional del partido. Sin embargo, el mensaje de Abascal ha mantenido la línea que ya habían avanzado los dirigentes de Vox que han sido preguntados por la crisis durante los últimos dos días: restar importancia a la salida pese a que García-Gallardo fue una de las figuras en alza de la formación y la reivindicación de su proyecto más allá de las personas. Sin mencionar en ningún momento a García-Gallardo por su nombre, igual que ya había hecho por la mañana la portavoz parlamentaria, Pepa Millán, Abascal ha defendido en una entrevista en Toro TV que «Vox no ha cambiado de planteamientos» y atraviesa situaciones similares a las del resto de partidos: «Unos vienen, les damos la bienvenida, otros se van, les damos las gracias y les deseamos buena suerte; si se van muy mal pues no decimos nada». El líder de Vox no ha aclarado si incluye a García-Gallardo en ese grupo de los que abandonan la formación «muy mal», pero lo cierto es que ni él ni ningún dirigente de la cúpula le han dedicado ninguna palabra pública de despedida o agradecimiento por su labor durante estos años. No sucedió lo mismo en casos anteriores como, por ejemplo, el de Iván Espinosa de los Monteros. Incluso la despedida de Macarena Olona aparentó cordialidad en su momento aunque luego explotara la relación entre ellos. En cualquier caso, Abascal ha insistido este martes en defender que lo sucedido en Vox «pasa en todos los partidos» y se ha quejado de que en su caso capte mucha más atención. «La política es una actividad muy compleja, que se hace con seres humanos, que somos extraordinariamente complejos», ha resumido. A su juicio, esto tiene una razón: «Saben que Vox es el futuro». Ha recordado el crecimiento de Vox en las encuestas o su preferencia entre los jóvenes y ha sugerido que por eso son atacados, igual que ha asegurado que les sucede a sus socios internacionales, llegando incluso «al intento de asesinato» del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. «Todos aquellos que intentan hacer lo que hacemos nosotros se convierten en peligrosos para el sistema, en peligrosos para ese globalismo socialista, para esa agenda woke, para esa agenda 2030 y sus impulsores», ha denunciado. «Ellos preferirían un Vox domesticado, un Vox controlable, un Vox que reciba órdenes, un Vox manejable, pero mientras yo esté de presidente de Vox, ese Vox no va a existir -ha continuado obviando las críticas internas-. Entonces, ¿qué ocurre? Que cualquier salida de Vox se magnifica».