ru24.pro
Abc.es
Февраль
2025
1 2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28

Hay que optar por la alternativa del AVE 'Toledo exterior', que no necesita viaducto

0
Abc.es 
En 1613 se publica 'La ilustra fregona', una de las 'novelas ejemplares' de Cervantes . En ella dos amigos deciden abandonar su holgada situación económica para experimentar la vida picaresca, lo que les lleva a viajar desde Burgos a Sevilla con una estancia en Toledo. En esta ciudad, ante la invitación de Diego Carrizo, uno de los personajes principales, a reemprender el viaje, Tomás de Avendaño le responde: «No estoy en eso porque pienso antes que desta ciudad me parta ver lo que dicen que hay famoso en ella, como es el Sagrario, el artificio de Juanelo, las Vistillas de San Agustín, la Huerta del Rey y la Vega ». Y para conocer cómo eran aquellos dos últimos espacios citados, nada mejor que leer a Andrés Navagero en su Viaje por España (1524-1526): « Antes de llegar a Toledo pasa el río por una llano que le llaman la Huerta del Rey y que se riega todo con norias (…) por lo cual está lleno de árboles y de muchos frutos, y está todo labrado y hecho huertos. En esta llanura hay un antiguo palacio arruinado que llaman de Galana…» Hoy , ese paisaje aludido por Cervantes y descrito por Navagero, el embajador de Venecia ante el emperador Carlos, es perfectamente reconocible , los huertos han desaparecido, pero la Huerta del rey sigue verde, cultivada, el palacio de Galiana en su sitio y en su borde más próximo al escarpe de falla que corresponde al barrio de Santa Bárbara, la estación neomudéjar, de 1916 , fundida e identificada con un entorno que Anton van den Wyngaerde reproduce en 1563. Indudablemente, ese paisaje literario, histórico y real forma parte de la identidad más profunda de Toledo, de esa ciudad que fue declarada, junto con Santiago de Compostela, «Monumento histórico-artístico» por Decreto de 9 de marzo de 1940, y lo fue toda la ciudad, sin merma alguna, la que existía y como existía, la de dentro de sus murallas y la de fuera, con los Cigarrales, la Huerta del Rey y la Vega Baja, con sus vestigios romanos y visigodos, la Real Fábrica y las vistas de Toledo desde la distancia tantas veces pintadas por Aureliano de Beruete. Aquella ciudad de 34.592 habitantes en 1940 fue creciendo hasta los 86.526 actuales , con barrios nuevos, muchos desconectados y lejos del recinto amurallado, pero con el paisaje de siempre ahí : la Huerta del Rey y las Vegas, con sus bienes de interés cultural (BIC) que añaden valores patrimoniales a los ambientales, a pesar de mordidas urbanísticas. Todo eso ha llegado a nosotros gracias a la legislación de protección del patrimonio y de urbanismo, a las Instrucciones de la Dirección General de Bellas Artes de 1968, que definieron unos espacios de protección bien delimitados y recogidos por el PECH de 1997, los famosos «conos visuales» : las vegas del río, el acceso desde Madrid y los Cigarrales . Se garantizaba así para futuras generaciones la conservación de unos paisajes y unas vistas únicas en Europa, representadas por maestros de la pintura universal que hoy disfrutamos. En 1986, esas calidades históricas, monumentales y de paisaje de Toledo facilitaron su calificación como Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO , de la mano del Estado y con toda la documentación en la que se recogían los espacios antes citados como elementos de protección, ahora incluidos en la cartografía de la UNESCO que define la «property área» del bien protegido, el «núcleo histórico», y la «buffer zone» o «zona de amortiguamiento» . El Ayuntamiento se convertía en responsable de la gestión del bien y se comprometía a informar a la UNESCO de cualquier modificación o alteración que alterara su autenticidad e integridad. Por eso ahora, con ocasión del trazado del LAV por Toledo, no se puede ignorar lo que significa la «buffer zone» o «zona amortiguamiento», definida en 1986 y no modificada en 2013, cuando la ciudad pasó a ser calificada como Ciudad de Valor Universal Excepcional, sin excluir las otras protecciones legales existentes. En el artículo 104 de las Directrices Prácticas de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO de 2019 se dice: A los efectos de la protección eficaz del bien propuesto, una zona de amortiguamiento es un área alrededor del bien cuyo uso y desarrollo están restringidos jurídica y/o consuetudinariamente a fin de reforzar su protección . Para ello se tendrá en cuenta el entorno inmediato del bien propuesto, las perspectivas y otras áreas o atributos que son funcionalmente importantes como apoyo al bien y a su protección. De ese modo se garantizan las perspectivas de la ciudad desde la distancia y los valores de la Huerta del Rey y Safont, con el Palacio de Galiana y la Estación como atributos funcionalmente imprescindibles de apoyo y protección al núcleo histórico. Evidentemente, la construcción de un viaducto de 481 m de largo con 10 vanos y uno central de 64 m de luz no puede suponer mayor grado de intrusión en un espacio de protección , y de interrupción de la vista del conjunto histórico desde la huerta del Rey y Safont, además de contravenir la recomendación de la UNESCO de evitar la construcción de infraestructuras con impacto en conos visuales. Igualmente, el paisaje de la Huerta del Rey y Safont , contemplado desde el Miradero, el Alcázar, el castillo de San Servando o el puente de Azarquiel, queda totalmente roto, no sólo por la estructura de cemento del viaducto elevándose para superar la fuerte pendiente hacia el Salto de Caballo y posteriormente hacia la salida de la ciudad sino por la catenaria y sus postes metálicos. La importancia de respetar la «buffer zone» para la protección del núcleo histórico, sin la alteración funcional y de paisaje que representa la nueva infraestructura viaria, se pone también de manifiesto si se tiene en cuenta que la mayor parte de los bienes inscritos en la lista del patrimonio mundial en peligro de la UNESCO se deben a actuaciones en sus «buffer zones», y muchas relacionadas con la construcción de infraestructuras, como el puente de autopista sobre el Elba que determinó la salida de Dresde de los bienes patrimonio mundial en 2009 . Por otra parte, a lo dicho sobre la zona «buffer» se añade que la Huerta del Rey y Safont son zonas de valor ambiental y de inundación, susceptibles de riesgo innecesario para el paso de los trenes de la línea Madrid-Badajoz. Por eso las vías pasantes y una nueva estación paralela a la actual se elevaban en el proyecto anterior a 8 metros sobre las vías actuales. Ahora, ese nivel se rebaja al de las vías existentes, lo que supone quedar en zona inundable y de flujo preferente según el Sistema Nacional de Zonas de Cartografía Inundables, motivo suficiente para cuestionar legalmente el proyecto «Toledo central» (Real Decreto 638/2016), y más cuando hay alternativa de trazado y sin el previsto viaducto junto al «núcleo histórico», en «zona de amortiguamiento» o «buffer zone». Por supuesto que es oportuna la participación de ICOMOS para estudio de las alternativas del Ministerio de Transporte con el Ayuntamiento y todas las administraciones implicadas, así como con los organismos consultivos existentes. También es obligada la presencia del Ministerio de Cultura y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando como órgano reglado asesor y de consulta ante actuaciones de denuncia y de riesgos sobre los valores patrimoniales, pero todo ello no puede llevar al olvido de las obligaciones de gestión del Ayuntamiento de Toledo como Ciudad de Valor Universal Excepcional y de información a la UNESCO. Igualmente, es de su estricta responsabilidad la exigencia legal de respeto a los «conos visuales». Y tampoco se pueden ignorar las competencias prioritarias del gobierno regional en patrimonio, medioambiente y ordenación del territorio, según lo dispuesto en el Estatuto de Autonomía de CLM. Del Ayuntamiento y del Gobierno regional depende, pues, en primer lugar que no se menoscabe la integridad y autenticidad de la Huerta del Rey y Safont, y que no se rompan las vistas protegidas de la perspectiva urbana desde las vegas y a la inversa, desde el peñasco hacia el fondo del valle del Tajo. Solo ellos podrán permitir que sigan siendo realidad las palabras citadas de Avendaño a Carrizo en «La ilustre fregona»: «pienso antes que desta ciudad me parta ver lo que dicen que hay famoso en ella, como es el Sagrario, el artificio de Juanelo, las Vistillas de San Agustín, la Huerta del Rey y la Vega». Esperamos que no suceda lo mismo que con la voladura de los restos del artificio de Juanelo en 1868 por el ayuntamiento , a pesar de las protestas de entonces de las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando y de la Historia, o lo ocurrido con la eliminación de los arcos herrerianos de la plaza de Zocodover en 1865. La decisión es compleja, porque exige estudio, conocimiento y aplicación de la «inteligencia del territorio» en términos del nuevamente laureado, José María Ballester, socio fundador de Hispania Nostra y exdirector de Cultura de Patrimonio Cultural y Natural del Consejo de Europa, pero la solución es sencilla, optar por la alternativa del Ministerio de Transporte que no necesita viaducto a pocos metros del núcleo histórico y reduce daños a los valores patrimoniales, paisajísticos y medioambientales, la denominada «Toledo exterior», aun sin estar exenta de impactos que deberían ser eliminados o reducidos al mínimo, o por cualquier otra que se aleje de la ciudad histórica.