La 'premiumización' del vino español, escudo frente a turbulencias y aranceles

En 2024 se produjo una contracción generalizada del consumo de vino en el mundo, en especial en China, donde cayó un 40% en el quinquenio 2019-2023, pero también la consolidación de los vinos españoles en mercados de la Unión Europea y Estados Unidos, país este último que es nuestro segundo mercado, solo por detrás de Reino Unido. Por eso la amenaza del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles preocupa al sector español, aunque María Naranjo, directora de la Industria Agroalimentaria del ICEX, se muestra prudente, «porque una cosa es el contexto de sus declaraciones y otra la concreción de las medidas, puesto que estamos dentro del paraguas de la Unión Europea». Las últimas imposiciones arancelarias estadounidenses, recuerda Naranjo, se produjeron en 2019 en el marco del litigio Boeing-Airbus, fueron del 25% y provocaron dificultades a muchas bodegas españolas. Añade que «las categorías que más sufrieron fueron las de precios más bajos, porque los vinos premium de marcas pudieron absorber las tasas y siguen vendiéndose caros en Estados Unidos». Por ese motivo, el ICEX anuncia que invertirá más en campañas de promoción de nuestros vinos en Estados Unidos, con especial incidencia en el canal Horeca de restauración, hoteles y catering, con el objetivo de «que se vean más claramente las marcas españolas y, así, blindarnos de los posibles aranceles». Naranjo tampoco ve posible que se materialice la amenaza de Trump a España de imponer aranceles del cien por cien, primero «porque no estamos en el grupo de países de los Brics y porque veo dificultades para aterrizarlos perteneciendo a la Unión Europea». La máxima responsable de la industria alimentaria del ICEX España Exportación e Inversiones subraya que el principal reto del sector es consolidar la imagen de marca de nuestros vinos para ofrecer más de lo que se espera de nuestros vinos en cada categoría de precios, principalmente en los mercados estadounidense, Reino Unido, China y Japón. Para este 2025, María Naranjo indica que el sector tiene que potenciar la tendencia de la «premiumización», lo que supone que las bodegas prioricen sus ventas en las categorías más altas a partir de un cambio de discurso: disponemos de precios competitivos porque la diversidad de España es 'overdelivers', es decir, somos un país que damos mucho más de lo que se espera recibir. Además, la experta señala la necesidad de una decidida apuesta de las bodegas por el canal Horeca y una mayor digitalización del sector, dado que las ventas online sólo suponen el 15% del sector, frente al 31,7% de media de las empresas españolas en comercio electrónico. Otro reto para las bodegas es pensar en mercados de nicho que empiezan a ser importantes para nuestras exportaciones, como República Dominicana, Filipinas, Canadá o Vietnam, donde van muy bien las ventas de nuestros vinos, además de priorizar Corea del Sur, Japón, Dinamarca, Polonia e Irlanda. O el caso de México, que se consolida como nuestro décimo mercado y donde España es el primer exportador de vino, por delante de Francia e Italia, cosa nada frecuente. Y otra asignatura pendiente para nuestras bodegas que señala Naranjo es la capacidad de crecimiento y diversificación del mercado africano, ya que en países como Kenia, Angola, Costa de Marfil o Ghana, «existen consumidores premium y están aumentando nuestras ventas». Aumentar las exportaciones de vino ecológico es otro de los retos pendientes del sector, puesto que nuestro país es el primer productor mundial. Se trata de un aspecto que comportaría también elevar el valor añadido de nuestras marcas al estar asociado al compromiso en materia de sostenibilidad frente al cambio climático. También España es líder en producción de vinos sin alcohol e, igualmente, se trata de una categoría a potenciar, como la apuesta por el formato bag-in-box en vez de botella de vidrio, en crecimiento en países nórdicos como Suecia y Noruega, donde el 20% de las ventas se producen en este envase de mejor coste, limpio y fácil de transportar. A pesar de las sombras por la caída generalizada del consumo global, los vinos españoles gozan de muy buena salud, ya que la balanza comercial ha consolidado en 2024 las exportaciones con una facturación que se mantiene por encima de los 3.000 millones de euros, lo que demuestra su revalorización, ya que las ventas a mejores precios compensan la caída en volumen. De hecho, el vino envasado supone el 81% del valor de las ventas, con un precio medio de 2,67 euros el litro, frente al vino a granel, que se vende a 45 céntimos el litro, pero alcanzan los 1.127,4 millones de litros frente a los casi 900 millones de litros del envasado. En el salón Barcelona Wine Week (BWW), que se celebrará del 3 al 5 de febrero en el recinto Montjuïc de Fira de Barcelona, el ICEX y el Ministerio de Agricultura, junto a Fira de Barcelona tienen lista de espera de compradores internacionales que quieren asistir, afirma Naranjo. La medida fortalece la estrategia comercial de BWW de ofrecer a las empresas participantes oportunidades reales de crecimiento, tanto en el mercado nacional como en los países prioritarios para la exportación española. Así, BWW ha invitado a la feria a más de 770 compradores internacionales clave, 50 más que en la edición anterior, procedentes de mercados estratégicos como Estados Unidos, Alemania, Canadá, Países Bajos, China y Reino Unido. Para el presidente de BWW, Javier Pagés, «vivimos momentos que no permiten la autocomplacencia y por ello, debemos avanzar en diversificar ampliando mercados, en sostenibilidad e innovación, a la vez, que en la aplicación de las nuevas tecnologías, en enoturismo, en comunicación y en consolidar una imagen atractiva». Unos objetivos que ha logrado la organización al reunir «un elenco de bodegas de primer nivel de todas las denominaciones de origen españolas, lo que permite al visitante recorrer todo el territorio español disfrutando de una puesta en escena que pone el acento en el paisaje y la cultura del vino». Por su parte, Céline Pérez, directora de BWW, asegura que «el crecimiento del salón ha priorizado la excelencia y la calidad», y aun así ha doblado los pabellones expositores, que acogerán más de 1.200 bodegas y recibirán a 24.000 visitantes. La quinta edición Barcelona Wine Week, el salón de referencia del vino español de calidad, vuelve a batir récords con más de 1.200 bodegas distribuidas en dos pabellones del recinto de Fira de Barcelona de Montjuïc y la previsión de 24.000 visitantes. El salón se celebrará del 3 al 5 de febrero de 2025 con una apuesta por los vinos procedentes de cepas viejas, un patrimonio histórico revalorizado en los últimos años que el sector valora hoy más que nunca por la calidad superior de sus uvas, su capacidad de adaptación y su poder para expresar el terruño de su origen. Expertos y bodegueros dirigirán ponencias y catas sobre el auge de los grandes vinos procedentes d e viñedos que tienen entre 50 y casi 300 años, además de analizar el boom de los vinos blancos, y retos como el de la adaptación del sector al cambio climático. Entre los ponentes, destaca Raúl Pérez, que en 2023 obtuvo los codiciados 100 puntos Parker con un vino de cepas viejas de El Bierzo, y Ricard Rofes, enólogo de Scala Dei, la bodega con los viñedos más antiguos de El Priorat, además del Master of Wine Fernando Mora (Bodegas Frontonio). Entre las catas más esperadas destaca la que dirigirá Doug Frost, Master of Wine y Master Sommelier, además de la sesión que reunirá a elaboradores de vinos de cepas prefiloxéricas, algunas de tres siglos de antigüedad, tanto de Lanzarote (Bodegas El Grifo) como de Pontevedra (Bodegas Gerardo Méndez) o Valladolid (Javier Sanz Viticultores). El espacio Wine Tasting Journey del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación también ofrecerá una cata autoguiada con más de ochenta referencias de toda España. Otra asignatura pendiente del sector es dar visibilidad a las mujeres del vino, asunto que centrará la cata «Vinos de Autora», con enólogas como Mayte Calvo (Bodegas Bilbaínas), Laura Tragant (Codorníu), Anne Cannan (Clos Figueres) o Martina Prieto (Bodegas Prieto Pariente). Factor determinante del salón son las oportunidades de negocio para las firmas expositoras a través del programa Hosted Buyers dirigido a grandes importadores y distribuidores de países estratégicos para la exportación de vino español, con la participación de más de 700 compradores internacionales, además de un millar de compradores nacionales de la gran distribución, el comercio especializado y el canal Horeca.