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El calvario de la madre de la princesa Diana: una vida infernal, acosada por su marido y olvidada por todos

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Hay familias marcadas por la fatalidad y cuyo destino se perpetúa de generación en generación. Un buen ejemplo es la familia Spencer , la de la princesa Diana , y más concretamente la de su abnegada madre Frances , quien el 20 de enero hubiera cumplido 89 años. Una vida infernal marcada por la terrible convivencia con un hombre como el conde John Spencer . Este aniversario concede la oportunidad de volver atrás la mirada para recuperar aquel trágico matrimonio de John Spencer, el padre de la futura Princesa de Gales, con Frances Shand Kydd . Obsesionado con el nacimiento de un heredero varón, volcaría toda su frustración en un solo propósito: amargar la vida a su esposa . «Estoy hecha de la misma pasta que mi madre. Aunque estés en un agujero, tienes que hacer lo posible por ocultarlo . Mi madre es experta en eso y yo lo heredé». Son palabras de la mismísima Princesa Diana que ahora, muchos años después, golpean en la memoria al recordar la figura de su madre, Frances Shand Kydd, fallecida el 3 de junio de 2004. La joven apenas tiene 18 años cuando se casa con Edward John, el futuro octavo conde Spencer, en la Abadía de Westminster y ante los ojos jubilosos de la Reina Madre, el Príncipe Felipe y la Princesa Margarita. Él es el típico producto de la aristocracia británica . Graduado de Eton, antiguo soldado que participó en el Desembarco, suma 12 años más que su prometida. Frances, nacida el 20 de enero de 1936, es la segunda hija de Maurice Roche (cuarto barón Fermoy, noble irlandés y heredero de una considerable fortuna de origen americano) y de Ruth Gill, una pianista de buena familia criada por multitud de niñeras. Park House es la casa familiar de Frances, donde ella nació. Lo que una vez fue depositario de juegos y sueños, se convertiría ahora en el nuevo hogar de sus pesadillas . Aunque Johnnie es encantador en público, cuando está borracho se convierte en un ser brutal con su esposa , como relata Tina Brown en su libro 'Palace Papers'. ¿Su crimen? No proporcionarle un heredero, dejando el título Spencer en peligro de extinción. Los nacimientos de Sarah, que se convertiría en Lady Sarah McCorquodale en 1955, y de Jane, la futura Lady Jane Fellowes, esposa del hombre que sería secretario privado de Isabel II entre 1990 y 1999, solo sirven para aumentar el resentimiento de Johnnie hacia Frances . Según Tina Brown, la abnegada mujer tendría seis embarazos en nueve años, de los cuales sólo cuatro llegarían a término. Y sin varones. A los 23 años tendría que someterse a una humillante batería de pruebas médicas para intentar comprender « por qué no podía tener un niño ». En 1960, después de un aborto espontáneo, da a luz al tan esperado heredero varón. Nace John un 12 de enero... pero muere pocas horas después. Frances se enteraría años después de que tenía una grave deformidad . «Me arrebataron a mi bebé y nunca vi su cara. No en la vida. No en la muerte. Y nadie habló nunca de lo que pasó», diría más tarde. Diana llega 18 meses después, el 1 de julio de 1961. Es el remate. Johnnie eleva su nivel de violencia y Frances reza cada día para vivir uno más. Solo el nacimiento de Charles, en 1964, la libera finalmente de su condena en vida. Entonces Frances conoce en 1967 a Peter Shand Kydd, un granjero australiano y heredero de un negocio familiar de papel pintado. Ella sueña con algo mejor, lo que sin duda merece. Y abandona su hogar con sus dos hijos más pequeños para irse a vivir con ellos a Londres. John Spencer está furioso. Empieza el conflicto por los hijos . Todo acaba en los tribunales. Indignada por la actitud de su hija, la madre de Frances, Ruth, testifica contra ella poniéndose del lado de su yerno. Su divorcio se hace efectivo en abril de 1969 . Frances finalmente puede casarse con Peter y los Shand Kydd se establecieron en la isla de Seil. Podría ser una historia triste pero con un final feliz. Sin embargo, Frances y Peter se divorcian en 1988 . La abuela de Guillermo y Harry se convierte al catolicismo e inicia una nueva vida, entregada al misticismo y las obras de caridad. Quiere procurar para los demás la vida que ella nunca pudo tener. Solo una vez llegará a compartir de su vida con los medios, en una entrevista con la revista ‹Hello!› . Recauda 30.000 libras que destina a la construcción de una casa de oración en Iona. La entrevista es un completo error a ojos de su hija Diana. El acto de caridad no es suficiente para reparar el daño causado a la relación con Lady Di. La Princesa de Gales rompe todo contacto con su madre , cuyas cartas devuelve sin abrir. El 31 de agosto de 1997, Frances se entera de la muerte de su hija una hora antes del anuncio oficial. Llena de dolor, Frances se retira de cualquier foco mediático para intentar llevar una vida más tranquila hasta el final de sus días. Con los años, desarrolla la enfermedad de Parkinson y un tumor cerebral. Fallece el 3 de junio de 2004 a los 68 años en su casa de Escocia. A su funeral, el 10 de junio, asisten sus nietos, el Príncipe Guillermo y el Príncipe Harry. Frances disfruta al fin de la paz que nunca tuvo.