Cadena perpetua para una madre que mató de hambre a su hija en Francia

Francia ha condenado a cadena perpetua a una mujer por matar de hambre a su hija , que falleció de un infarto en 2020 a los 13 años y tras años de abuso. En el juicio, celebrado en Montpellier, Sandrine Pissarra, de 54 años, ha sido condenada por infligir actos de tortura y barbarie contra su hija Amandine. Así, deberá cumplir un mínimo de 20 años entre rejas antes de poder obtener la libertad condicional, según los términos de la sentencia. El veredicto, la pena máxima por el delito y en la línea de lo que habían exigido los fiscales, ha sido acordado por un panel de tres jueces profesionales y seis miembros del público que han actuado como jurado. Por su parte, la expareja de Pissarra, Jean-Michel Cros, de 49 años, ha sido condenado a 20 años de prisión por privar a Amandine de cuidados. Su sentencia, que no conllevaba posibilidad de libertad condicional, fue más severa que los 18 años exigidos por los fiscales, aunque podría haber enfrentado hasta 30 años. Cuando Amandine murió el 6 de agosto de 2020, pesaba solo 28 kilos, midiendo 1,55 metros de altura. La pequeña había sufrido una pérdida extrema de peso y masa muscular, además de septicemia, según el informe médico tras su muerte. Además, había perdido varios dientes y le habían arrancado el pelo. La menor había estado encerrada durante semanas en un almacén sin ventanas y privada de comida. Desde muy pequeña, Amandine fue víctima de golpes, incluso con escobas, puñetazos, patadas, tirones de pelo, gritos, insultos y empujones, según ha afirmado el fiscal Jean-Marie Beney. Para Pissarra, «tirana doméstica, dictadora del hogar, verdugo de Amandine, sólo puede haber una condena: cadena perpetua con un mínimo de 20 años de prisión», ha afirmado el fiscal. Cuando se le cuestionó el día después de la muerte de su hija en el pueblo de Montblanc, al suroeste de Montpellier, Pissarra dijo que Amandine sufría desórdenes alimentarios, una afirmación que nadie más confirmó . Además, añadió que el día de su muerte, Amandine había accedido a tragar sólo un trozo de azúcar, un poco de puré de frutas y una bebida rica en proteínas antes de empezar a vomitar y luego dejar de respirar. La madre, que dirigía un salón de manicura, tiene ocho hijos de tres relaciones. Está detenida desde mayo de 2021 . El fiscal ha calificado a Cros de «colaborador cobarde» que «privó a Amandine de cuidados hasta su muerte». El juez de instrucción encargado del caso ha afirmado en un informe que «no hay duda» de que Amandine sufrió violencia por parte de su madre, «cuyo único objetivo era arrastrarla a una agonía vergonzosa y humillante». Desde pequeña, Amandine fue objeto de ataques de su madre , que la privó de alimentos, le infligió interminables «castigos de escritura» y la encerró en un almacén bajo la vigilancia de cámaras, afirma el informe. Según la evaluación psiquiátrica, Sandrine Pissarra, descrita por quienes la rodeaban como enfadada y violenta, buscaba «transferir su odio» hacia el padre de Amandine al cuerpo de su hija. Uno de los abogados de la madre, Jean-Marc Darrigade, ha asegurado que si bien existe una «responsabilidad individual» indiscutible de su parte, «también existe una responsabilidad colectiva». Había pedido al jurado que dictara una «sentencia justa y razonable» que le permitiera «volver a la sociedad» sin ser «una anciana».