Puja salarial en un sistema de salud fragmentado
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La movilidad laboral que, de una a otra comunidad autónoma, afecta al gremio de los enfermeros representa algo más que la consecuencia práctica de un mercado abierto, regido por la oferta y la demanda de puestos de trabajo. La desigualdad salarial que registran los distintos servicios regionales de salud, con diferencias que llegan a los mil euros mensuales, alcanza la categoría de anomalía en un Sistema Nacional de Salud que, como servicio público, se ve sacudido por las tensiones que provoca la competencia entre las comunidades que lo administran, cada una con sus propias reglas. Esta puja salarial por los enfermeros, de la que ABC ofrece hoy varios testimonios, autorretratos del éxodo, traza las fronteras invisibles de un mapa sanitario fragmentado, sometido al mercadeo de unos profesionales que no solo batallan contra la enfermedad, sino contra la precariedad, la temporalidad y las singularidades económicas de un sistema de salud que en su caso no es precisamente nacional.