Una 'guerra de rehenes' en el corazón de Israel: el porqué del intercambio de docenas de cautivos por miles de presos palestinos
0
Tras una larga espera de 15 meses, las familias de los rehenes israelíes secuestrados el 7 de octubre que permanecen en manos de Hamás pueden ver la luz al final del túnel. El alto el fuego acordado esta semana entre Israel y la organización islamista que gobierna Gaza tendrá tres fases e implicará el intercambio de 33 rehenes a cambio de 2.000 prisioneros palestinos. No obstante, de acuerdo a las fuentes citadas por el periódico israelí 'Haaretz', el número de palestinos liberados dependerá del estado de los cautivos israelíes . Esta cifra será clave. Y es que la guerra de rehenes es una realidad angustiosa que se viene repitiendo una y otra vez a lo largo de la historia de Israel y que ya forma parte de la memoria colectiva del país. Por eso pervive la idea que explica en un ensayo Etienne Dignat, experto en rehenes del Centro de Investigaciones Internacionales (CERI): cualquiera que sea el precio de la devolución, los rehenes deben regresar 'a casa', vivos o muertos. Hasta que ese regreso no se produce, se vive un tormento que puede prolongarse años y que en ocasiones tiene un desenlace funesto. Antes del 7 de octubre, Israel tenía en su historial la devolución de hasta 7.000 prisioneros palestinos a cambio de 19 israelíes vivos, y de ocho cadáveres . Uno de los casos más polémicos fue el de 2011. Cuando a través de la mediación de Egipto, Israel aceptó excarcelar 1.028 prisioneros palestinos a cambio de la liberación de tan sólo uno de sus soldados. Su nombre era Guilad Shalit y llevaba cinco años retenido en la franja de Gaza . Se convirtió en el primer soldado israelí que regresaba con vida en 26 años. En un primer momento, si solo se valoran los números de manera superficial, la aritmética puede parecer como poco llamativa y que Israel ha transigido con importantes concesiones. Pero mirada más de cerca, supone comprender algo de mayor trasfondo que todo israelí da por sentado: el rescate de los cautivos está en el corazón del país. Hay un pacto no escrito entre el pueblo y el Estado que hace de este objetivo una necesidad suprema. En Israel es muy común escuchar que alguien tiene un conocido o un familiar que ha pasado por esa experiencia. Es un país pequeño y esta cuestión termina siendo algo personal. En ese caso, salvaguardar la integridad de cada ciudadano es un requisito indiscutible. Pero para entenderlo todo, Dignat destaca que se trata de un país donde está implantado el reclutamiento obligatorio y cada familia de un joven ciudadano judío que realiza el servicio militar tiene asegurado el apoyo indefectible de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Estas garantizan el retorno y los soldados son como «las hijas e hijos de todos». Un claro ejemplo de ello pasó en 2004: Israel excarceló a casi 450 presos para conseguir la liberación de un civil, Elhanan Tannenbaum, retenido tres años , y los cadáveres de tres soldados muertos en combate en poder de Hizbolá. Sin embargo, estos intercambios no han estado exentos de debates dentro de Israel. Cuando Ron Arad , teniente de las fuerzas aéreas israelíes, fue capturado por la milicia libanesa Amal se llegaron a hacer numerosas búsquedas sin ningún éxito. No obstante, sus familiares instaron al Gobierno a que dejara de hacer concesiones a cambio de recuperar su cuerpo o el de otros muertos. Hay voces que hablan de la 'amenaza bumerán', y que se envía el mensaje de que secuestrar israelíes resulta 'muy beneficioso'. Por eso algunos han intentado plantear unas nuevas líneas rojas extraoficiales, ya que, como ha apuntado el diplomático israelí Raphaël Morav, la amenaza futura es que esos presos palestinos no regresen a Gaza para fundar una familia y vivir tranquilamente, sino para volver a la espiral del terrorismo . El Estado hebreo intentó cambiar su doctrina. A principios de la década de 2010, creó la llamada comisión Shamgar , para establecer límites en los rescates. Y se llegó a hablar del 'procedimiento Aníbal' con los soldados, una directiva hecha pública en 2003 por una investigación periodística, según el experto Dignat. En caso de secuestro, puede dar lugar a un intento de salvar al rehén creando el caos, aunque ello implique un mayor riesgo para la vida del soldado, o bien «se sacrificaría al soldado para no ser usado como moneda de cambio. Vincent Lemire, profesor de la Universidad Gustave-Eiffel de París y exdirector del Centro de Investigación Francés en Jerusalén, explica que en Francia o Estados Unidos es un mandato soberano recuperar a los rehenes , pero «cuando esto no es posible, no se pone en duda al propio Estado. En Israel, sí lo hace». La advertencia de fondo, señala, es que todo aquel gabinete que no lo considere un tema prioritario paga un precio . La toma de rehenes es un temor que «está en nuestro ADN» , señalaba a 'Le Monde' Gideon Raff, creador de la serie israelí 'Secuestrados', en la que se basó la serie 'Homeland'. De esta manera, han pasado por una lista de exigencias de Septiembre Negro, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (OLP) o Hamás. Eso ha supuesto desplegar numerosas operaciones de rescate. En algunas incluso ha estado involucrado el propio primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, cuando aún era un joven soldado de una unidad secreta de élite del FDI, llamada Sayeret Matkal o unidad 269. En suma, esta idea de sacrificarlo todo para recuperar a los capturados es más antigua que el propio Estado de Israel. En la Amidá, principal oración del servicio religioso judío que pueden recitar tres veces al día, se habla de la liberación de los cautivos. Y el rabino Joseph Caro, escribió hace ocho siglos que q uien retrasa el rescate del prisionero es lo mismo que un asesino.