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La dolorosa de Mahón que perteneció al antiguo misterio del Calvario

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La hermandad del Calvario , gracias al meticuloso trabajo de recuperación y catalogación de su archivo fotográfico, que ahora puede consultarse al detalle en la web oficial de la corporación, ha logrado un importante hallazgo en la historia de su patrimonio artístico. Esta labor, llevada a cabo por Darío Ojeda y Alejandro Román, ha permitido descubrir que una de las imágenes de las Marías que figuraba en el paso de misterio que procesionaba en la Semana Santa sevillana se encuentra en la hermandad de la Sentencia y Misericordia de Mahón, en Menorca. Según se ha podido determinar, esta imagen fue adquirida hace unos años por un anticuario sevillano. Apenas se ha publicado información sobre las dos antiguas imágenes de las Marías del Calvario, consideradas de escasa calidad artística, al igual que la talla de María Magdalena. Esta última fue vendida en 1898 a la hermandad de la Esperanza de Huelva, donde aún sigue procesionando. En su interior se encontró un documento que atribuye su autoría a Ángel Álvarez. En cuanto a las dos Marías, gracias a las investigaciones de Ignacio Camacho, se sabe que una de ellas fue cedida en 1912 a la hermandad de Santa Cruz por un periodo de tres años. En relación con los hallazgos del archivo de la hermandad del Calvario sobre el paradero de una de sus antiguas Marías, cabe destacar que en 2021 la imagen fue intervenida por Darío Ojeda. Durante este proceso, además de la restauración, se realizaron estudios técnicos e histórico-artísticos que aportaron importantes novedades sobre su hechura e historia. Gracias a los análisis radiológicos y a la caracterización de los materiales, se ha podido confirmar que la escultura es anterior a la fecha de ejecución que se creía hasta ahora. El Calvario , en la etapa de la reorganización, cuando residía en la parroquia de San Ildefonso, estrenó un paso de misterio con el crucificado de Francisco de Ocampo, la Virgen de la Presentación de Juan de Astorga, al igual que San Juan, y las tres Marías. El artículo publicado por la hermandad, indica que «la imagen presenta elementos metálicos anteriores a la Revolución Industrial, y en las dos policromías que conserva superpuestas se encontró blanco de plomo o albayalde como pigmento, el cual se utilizaba con asiduidad hasta el siglo XIX, momento en el que, por su alta toxicidad, se empezaría a utilizar otros pigmentos como el blanco de zinc, entre otros. La obra está realizada estructuralmente en madera de cedro , material noble dentro de los talleres de escultura para imágenes costeadas y zonas de especial significancia en las tallas como solían ser el rostro y las manos», apuntan. Se estima que esta imagen podría datar de antes del siglo XIX, ya que, según indican desde la hermandad, «se le añadirían los ojos vítreos para convertirse en una figura secundaria del misterio a partir de 1888». Este dato se sustenta en el análisis de una intervención posterior a la ejecución de la última policromía, durante la cual el rostro de la imagen fue seccionado mecánicamente para separar la mascarilla y colocarle los ojos de vidrio. Esta observación permite confirmar que la imagen original no contaba con dichos elementos postizos. Tras esta investigación se hace saber que esta imagen data entre los siglos XVII y XVIII , siendo remodelada para su salida con la hermandad del Calvario a finales del XIX, en la que formó parte Ángel Álvarez, que trabajó para la corporación. Por otra parte, el documento de pago no asegura que las santas mujeres fueran de Ángel Álvarez, solo pudiendo atribuirse a María Magdalena a través el del escrito encontrado del siglo XIX. «Se le pagan a dicho artista 840 reales el 7 de septiembre de 1888 por «el trabajo de esculturas para dicha hermandad», lo cual puede pasar desde una ejecución nueva a una remodelación de alguna imagen anterior. A este recibo podemos aportar otro sugerente dato aparecido en ese mismo libro de cuentas en unos meses anteriores, concretamente el 10 de diciembre de 1887. En los conceptos aparece un gasto de 4 reales en «llevar las efigies al escultor» y posteriormente un gasto de 80 reales por «una escultura». Por lo tanto, y teniendo en cuenta lo escaso que podemos averiguar y ampliar sobre ello, es probable que alguna escultura antigua fuera adquirida, por un precio muy barato, y llevada al escultor para su remodelación y restauración».