Una primera vuelta perfecta en San Pablo (89-65)
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Incontenible en su cancha, donde se ha encastillado, el Real Betis Baloncesto sólo ha conjugado el verbo ganar esta temporada cuando ha ejercido de anfitrión. A sus tres triunfos en la Copa de España se suman los ocho que ha conquistado en la liga, que para los verdiblancos alcanzará su ecuador el próximo sábado en Fuenlabrada. Hoy, sin el concurso de Tunde , al que el club no pudo inscribir a tiempo en la Primera FEB, el equipo de Gonzalo García de Vitoria desplegó todos sus encantos, lo mejor de su catálogo, ante un Hestia Menorca superado por la cantidad de recursos de su oponente. El Betis fue tan resolutivo en defensa, coriáceo, como abrumador en ataque. Realmente demoledor. Al dictado de Renfroe, maestro con el compás, se unieron en las labores de derribo Benite y Hughes, 'zipi y zape' (39 puntos aglutinaron), y hasta Kasibabu , quien se reivindicó con Tunde observando a sus compañeros. El Betis acertó 15 de sus 27 intentos triples (55%) y clavó un 50% en el tiro de campo ante un rival, el mahonés, con fama de granítico justificada en sus números defensivos. En Sevilla, en cambio, jamás encontró el antídoto. Pleno de concentración y energía, el Betis Baloncesto ya demostró en el primer cuarto que el plan de partido estaba más que preparado. Memorizado. Sabía lo que le esperaba. Un rival de lo más incómodo que en defensa juega al despiste y propone un reto diferente a cada ataque del rival. Contra el Hestia Menorca, hay que tener paciencia, leer dónde están las posibles ventajas y ser muy preciso en el tiro. Si no conjugas todas esas variables, el lío está asegurado. Casi todo lo hizo bien el Betis, con problemas en el rebote defensivo por su falta de centímetros pero férreo en sus dominios y quirúrgico en ataque para hallar los caminos al aro . Desde el 12-12, un 8-0 con el Menorca fallándolo todo, bajo el aro y lejos de él, consolidó al Betis Baloncesto en el dominio del partido, que ya no soltó. Un 'bombazo' lejanísimo de Benite anticipó la deflagración verdiblanca desde la línea perimetral. El Betis es un minero en defensa y un gentleman en ataque. De una mitad a otra de la pista, cambia el mono de trabajo por el esmoquin. Con pasmosa facilidad. Eso es tan mérito de los jugadores como de su entrenador. Le sacaba pronto diez de ventaja (25-15) a un Menorca que le había puesto ya todas las 'trampas' posibles activando su conocido catálogo de defensas alternativas. El fin era colapsarlo, mas no tuvo éxito. Domenech, momento dulce el suyo, ampliaba a once (28-17) con el cuarto triple verdiblanco. Atencia, fino en el tiro, también se estrenaba desde el arco dando respuesta un triple sobre la bocina del alcalareño David Gómez , al que se le veía súper motivado. Sin él en la pista, su equipo encajó un 16-5: del 12-12 al 28-17. A igualdad de intensidad y trabajo, la calidad marca diferencia. Y ese plus, ante la mayoría de los equipos de la categoría, es del Betis. Hughes afilaba aún más a su equipo desde el perímetro y encendía los supersónicos motores del Betis, que volaba primero al 34-20 y luego hasta el 41-23 con el equipo en modo apisonadora. El Betis era una roca, multiplicándose en las ayudas y sacando manos por todos sitios. En ataque, Hughes hacía las veces de clínico cirujano. De vuelta Benite al campo, el brasileño emuló a su compañero en un tiro que se coló con suspense (44-23) y Jelinek le siguió el juego, desde la esquina el checo (47-26). El Betis abrasaba al Menorca a ráfagas triplistas: 9/13 (63%) . Ahí se distorsionó un poquito el equipo y recibió un 0-9 (47-35) por culpa de varios errores no forzados. Un conato de incendio, solo eso, que apagó Kasibabu con dos maniobras al poste, una de mucha calidad, para instaurar el 51-35 del descanso. Benite ya llevaba once puntos y Renfroe se erigía en el mejor 'crupier': 10 de las 17 asistencias del Betis Baloncesto al intermedio llevaban la firma del magnífico base estadounidense. Lukovic, por una airada protesta a los árbitros al entender que había sido objeto de falta en la última acción de segundo cuarto, se llevó la técnica y llevó a Benite a la línea de personal. Acertó y Kasibabu seguía sumando (54-35) . El empeño defensivo del Menorca, con zonas puras y mixtas, lo neutralizaba el Betis con un juego coral, de equipo, y la excelente afinación en el lanzamiento de sus anotadores. Como dicen los jóvenes y los que no lo son tanto, flechita para arriba. A veinte subía la renta bética (58-38) cuando Kasibabu se marchaba al banco cojeando de la rodilla derecha. Sólo fue un susto. Volvió pronto. El partido estaba roto y quedaba casi la mitad. La patata caliente pasó al tejado del Menorca. No le gusta correr, o al menos no es su prioridad, y sí el cinco contra cinco, pero como no metía, por mucho y bien que defendiera, sus opciones languidecían. Hughes firmaba el décimo triple local (63-41) y, a medida que se asentaba la superioridad bética, se rebajaba la emoción del partido para solaz y disfrute del banquillo verdiblanco y su afición. Otro parcial reactivaba a los visitantes, que hacían la goma porque el Betis, digamos, se autorregula y dosifica los esfuerzos. Bajó las revoluciones y el partido se adormeció. En los últimos tres minutos y medio del tercer parcial no le entró nada y la ventaja se quedó en catorce (63-49). Gonzalo García se sacó entonces un nuevo as probando a Jelinek de ala-pívot con Kasibabu cerrando el tablero . Otra variante más en un equipo imperturbable que jugaba largo y se marchaba de 17 (69-52) tras rebote de Kasibabu y triple, el duodécimo del Betis, de Benite. Entre la defensa y el triple, el Betis ejercía un dominio tiránico. Kasibabu, brillante, imponía músculo en las zonas y hasta se revestía de fino estilista en el aro rival (72-52). Renfroe atacaba al trote y así le bastaba para trazar pases y ofrecer un obsequio tras otro a sus compañeros, que de haber estado más acertados habrían acercado al base a las 20 asistencias. Finalmente, según la estadística, fueron trece. Kasibabu (13 puntos, 8 rebotes, 20 de valoración) se entendió con él a la perfección cuando la defensa menorquina ya se desfondaba. Los diques se vienen abajo si en ataque no tienes pulso. Y el Menorca se estrellaba contra una de las mejores corazas de la Primera FEB, la del Betis, que preservaba el statu quo del partido con triples de Hughes y Renfroe (82-60). Hasta los 24 (89-65) ascendió la máxima renta de un equipo imparable en su guarida, donde nadie le discute esta temporada.