Las cifras que demuestran que los Casas son una familia unida dentro y fuera de las pantallas
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Óscar Casas y Ana Mena son una de las parejas del momento. Después de que un reportero les pillara besándose en plena calle al bajar de un taxi, sus seguidores han estado muy pendientes y no les ha pasado por alto que el actor ha ido con toda su familia al concierto de la malagueña, lo que indica que la relación probablemente empezó antes de lo que creemos y parece que va muy en serio. Porque los Casas son una piña , y si la cantante ha entrado en ese circulo íntimo que todos protegen con tanto celo, es porque entre ellos las cosas marchan bien. Y Óscar no es el único que se ha convertido en noticia en los últimos meses, también su hermana Sheila ha estado en el punto de mira por su relación con Álvaro Muñoz Escassi , al que conoció colaborando en TardeAR y con el que mantiene un romance al que por ahora no han puesto nombre desde el pasado mes de octubre. Mario, por su parte, que siempre fue el más mediático y por el que conocimos a toda la familia, mantiene en este momento un perfil bajo en cuanto a sus relaciones sentimentales. Está muy centrado en el trabajo, recientemente ha estrenado 'Escape', película que le ha valido la nominación a mejor interpretación masculina en los Forqué. Un logro del que todos los suyos se han alegrado, porque ellos van todos a una, así lo hemos visto durante años y así lo demuestra el hecho de que siempre hayan confiado unos en otros para temas laborales y empresariales. Pues con los Casas, todo queda en casa, y nunca mejor dicho. Con Mario se hizo pública la saga, fue quién logró hacerse un hueco en el mundo de la interpretación y por tanto quién empezó la gran empresa familiar que son en la actualidad. Sheila estudió derecho y siempre ha sido la encargada de llevar la parte legal de los negocios comunes, así como de supervisar y hacer las veces de mánager de su hermano en todo lo que a contrataciones y burocracia se refiere. Sin embargo, el papel fundamental en la actualidad es el de Christian, el mayor de los hermanos estudió Ciencias Económicas y desde hace un par de años es el encargado de gestionar las dos empresas de la familia , aunque no siempre fue así, de hecho, la más antigua comenzó con su padre a la cabeza cuando ellos eran apenas unos niños, pero ahora es él quien lleva el mando. Cuentan con dos sociedades. La primera de ellas es 'Casas 3 casas promociones SL', se dio de alta en 2009 y se dedicaba a la inversión inmobiliaria, pero hace un año y medio, cuando Christian tomó el control absoluto, también cambio su objetivo, pasando a ser, según datos del Registro Mercantil: «La creación, producción, representación, presentación, grabación, emisión e intermediación de películas cinematográficas», hacía años que no presentaba cuentas, pero si lo ha hecho en el último año fiscal, 2023, y tiene un valor superior al medio millón , concretamente quinientos ochenta y dos mil euros como activo total. La segunda empresa es 'Home Films SL', nombre que hace clara referencia al apellido familiar. Comenzó su andadura en 2011 y durante algunos años estuvo parada, pero en 2022 reanudó la actividad, en 2023 se reabrió la hoja registral y es la sociedad desde la que han gestionado la producción de 'Mi soledad tiene alas' , la película que Mario Casas produjo y guionizó y Óscar Casas protagonizó en el verano de 2023. Los cambios son muy recientes y las cuentas no puede consultarse, pero la película funcionó bastante bien por lo que cabe prever que las cifras de la sociedad seas positivas. Quizá el eslabón más perdido de la familia sea Óscar, pues ni tiene un papel activo en las empresas, ni cuenta con la representación legal ni administrativa de sus hermanos. Él tiene una agencia de management como actor y otra que se encarga de todo lo digital, sobre todo sus redes sociales. Decisiones puramente laborales que en ningún caso tienen que ver con una mala situación con los suyos, pues es más que evidente y así lo muestra siempre que tiene ocasión, que son una familia unida , en la que además de ayudarse, respetan las decisiones personales de cada uno. Son una piña, una sociedad en sí misma donde cada uno tiene su lugar, y eso, como dice Mario, «es un lujo».