El (sin)sentido de la medida
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«Todo tiene su momento y cada cosa su tiempo bajo el cielo» (Eclesiastés, 3, 1-8) IMAGINE el lector una ciudad donde siempre fuera Navidad, como en esos artificiales pueblecitos escandinavos. Villancicos en primavera, calles iluminadas en verano, belenes todo el año. Si la idea le parece pintoresca o extravagante quizá pueda enfocar con cierta distancia intelectual el creciente desparrame cofrade sevillano. Ah, es que no es lo mismo, dirá: la Semana Santa es nuestra memoria, nuestro código sentimental, nuestra identidad moral, nuestro ADN primario. Y tendrá razón, pero todos esos rasgos de la personalidad colectiva se han manifestado siempre con unas proporciones eurítmicas, con el equilibrio de un canon litúrgico ajustado al calendario cristiano. Algo muy distinto de la proliferación... Ver Más