La Paloma lanza su ladrillo ecológico, que reduce un 32% las emisiones de CO2 a la atmósfera
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La Paloma Cerámicas ha presentado su ladrillo ecológico, un producto pionero e innovador en comparación con otros materiales empleados habitualmente en la construcción de fachada. Su principal característica es que reduce hasta un 31,8% las emisiones de CO2 a la atmósfera por cada metro cuadrado y hasta un 26% teniendo en cuenta todas las hojas del cerramiento. «La descarbonización es uno de los grandes desafíos del sector de la construcción, que genera en torno a un 37 % de las emisiones de CO2 a nivel global. Como sector, tenemos un papel primordial en la reducción de este impacto que acentúa los efectos del cambio climático y, por ello, desde La Paloma Cerámicas miramos a futuro y apostamos por la innovación para volcar todos los esfuerzos posibles en reducir nuestra huella de carbono y dejar un legado que favorezca a las personas y nuestro entorno», explica Francisco Rodríguez, CEO de La Paloma Cerámicas, en nota de prensa. A diferencia del ladrillo tradicional, el ecológico presenta unas dimensiones de 236 x 100 x 119 mm (largo x ancho x alto), lo que hace que se disminuya en un 49% el mortero presente en el paño cara vista. Debido a ello, se precisan hasta 36 unidades menos de ladrillo por metro cuadrado en la colocación y se consigue un 22% menos de peso en esta misma superficie de la hoja principal de fachada. El ladrillo ecológico se produce con un 100% de material reciclado y no es emisor de COVs o compuestos orgánicos volátiles, lo que contribuye a una alta calidad del aire interior. Bajo los nombres 'Doñana', 'Monfragüe' y 'Garajonay', la empresa lo ha desarrollado en tres modelos con propiedades idénticas, pero tonalidades diferentes que simulan y rememoran el origen 100% natural de este material. La Paloma Cerámicas es una empresa familiar que se fundó en 1979 en Pantoja, provincia de Toledo, pasando de una producción de 50.000 ladrillos diarios a un millón . Esto supone que al año fabrica cuatro millones de metros cuadrados de fachada y un millón de pavimento de adoquín. Cuenta con nueve fábricas entre España y Portugal, donde trabajan más de 300 personas, y entre sus proyectos más emblemáticos destacan la ampliación del Museo del Prado y la Estación de Atocha en Madrid, la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura, el campus de la Universidad Loyola en Sevilla o la torre residencial The Icon en Barranquilla (Colombia).