Esas pequeñas cosas
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Tengo grabadas a fuego esas lágrimas de la madre de Carolina Marín cuando su hija recogió el otro día el premio Princesa de Asturias del Deporte en Oviedo. En ese instante pasarían por su memoria todos los sacrificios que han vivido juntas hasta llegar a la cima del triunfo y las heridas que quedaron por el camino. Son «aquellas pequeñas cosas» a las que cantó Serrat ese día en el Campoamor y que nos reconcilian con la fugacidad de esta vida quebradiza que puede desmoronarse en lo que dura un suspiro. Es el precio a pagar por esa misma fragilidad que nos ha hecho añicos el alma al ver la crueldad de la catástrofe de Valencia, que cuenta ya por... Ver Más