El hijo de Sebastián Santos restaura el busto del Señor de la Cena

El hijo de Sebastián Santos Calero ha restaurado el busto en barro del Señor de la Cena , una pieza confeccionada por su padre como paso previo a la ejecución de la talla que actualmente preside la hermandad. La imagen, realizada para sustituir a la obra de Manuel Gutiérrez-Reyes Cano de 1860 , se convirtió en el nuevo titular después de que la anterior se encontrara en un estado de conservación muy deteriorado. El informe efectuado antes de la restauración, indicaba que « la cabeza presentaba un alto grado de suciedad y deterioro con abundantes pérdidas de la capa pictórica que afectaban a toda la cara, zona de cuello y parte del pecho, con desprendimientos y manchas en la cara, barba y cuello, así como en zonas del cabello. La frente presentaba zonas de pintura quemada, presumiblemente por la acción de velas cercanas al busto. De forma general se la obra acumula abundante polvo y suciedad», como así ha hecho saber la hermandad. La restauración de la obra consistió en « eliminar el polvo compactado y otros elementos adheridos en toda la imagen, por medio de agentes orgánicos, como era costumbre del autor, Sebastián Santos Rojas, en los procesos de restauración que acometió sobre sus obras y que trasladó a sus hijos, Sebastián y Jesús». En lo que respecta la capa pictórica, «se han seguido dichos procedimientos del autor original, aplicando una mano de goma laca con selladora sobre el barro cocido ». Siguiendo con la explicación del proceso de restauración, «una vez seca la primera mano de goma laca se le aplica una segunda mano, ya con óleo, la cual fue lustrada con tripa de borrego . No se ha utilizado estuco en las zonas de lagunas, procediéndose a rebajar la frontera entre estas y aquellas otras que se conservaban intactas usando ligas de agua. Una vez salvadas las diferencias de grosor se ha reintegrado la capa pictórica de forma más intensiva en la frente, nariz, labio inferior y el resto de la cabeza, incluido el cuello y esternón». Por último. « El acabado final se ha efectuado por medio de d os manos de barniz mate con brocha de poni. Para la primera mano se ha calentado el barniz al baño maría hasta que se pierde el estado viscoso y presenta mayor fluidez. En la segunda mano se rebaja el barniz con las proporciones adecuadas. La intervención finalizó con la aplicación de varias manos de cera. En toda la praxis se han usado los instrumentos y procedimientos aprendidos por el restaurador de su padre y autor de la obra».