Otoñada
0
EL único campo que ves es el de fútbol, acorralada parcela de césped —«…el alpiste de tiza galonado», que dijo Hernández—, y por ahí, por ese verde camino no puedes hacerte cargo de lo que es el campo de verdad. Para entenderlo, no te valdría, ni a ti ni a nadie, hacer un curso acelerado. El campo tiene que estar en uno casi desde que nace. Y no sólo entender de él y pasearlo, sino sufrirlo, sentirlo como el propio cuerpo, con todas las alegrías y todas las penas. Por eso, cuando te eches a hablar del campo procura hacerlo siempre con el que tiene su vida clavada en la tierra desde niño, que, por más que luego pasara de... Ver Más