El puzle del caso Samuel: juicio a la paliza mortal en grupo que conmocionó a España
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Seis minutos interminables sentenciaron al joven coruñés Samuel Luiz la madrugada del 3 de julio de 2021. El juicio por el crimen , que arrancará la próxima semana en la Audiencia provincial de La Coruña , diseccionará el papel que cada uno de los cinco acusados jugó en el linchamiento en un margen horario clave: de las 2.58 horas a las 3.04. Un puzle que la instrucción tardó tres años en encajar, en buena parte por las dificultades para acceder al contenido de las redes sociales de los investigados, y que deja pocas piezas sueltas. Las diligencias, a las que ha accedido ABC, detallan el rol de cada uno. Compartieron la misma «unidad de actuación», a sabiendas de que «podrían provocar su fallecimiento» y «aceptaron las consecuencias fruto de su conducta». Acusados del mismo delito, roles distintos y diferentes papeletas de ir a prisión. Samuel fue golpeado «de forma sistemática, de manera persistente y grupal, buscando causarle dolor y sufrimiento innecesario». Esta responsabilidad compartida explica la petición de pena por parte de la Fiscalía, que oscila entre los 22 y los 27 años de prisión, partiendo de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento . Sin embargo, el detalle del comportamiento de cada uno de ellos esa madrugada podría modificar la condena final, que quedará en manos de un jurado popular. De entrada, y tal y como revelan las diligencias, no todos tienen la misma situación de partida. Diego Montaña es, desde el minuto uno, actor nuclear en la agresión. Se le acusa de iniciar la pelea al ver a Samuel Luiz con su móvil en la mano y pensar que lo estaban enfocando a él y a su novia. En el caso de Diego, hasta trece testigos lo señalan, vista la instrucción, como participante activo a lo largo de la persecución mortal que le acabó costando la vida al enfermero coruñés. Las pruebas en su contra no son pocas. Es el primero en lanzar patadas y puñetazos sobre la víctima, a la que su reacción cogió totalmente desprevenida. Además de atacar «partes anatómicas muy delicadas», hay testigos que ponen en su boca amenazas de muerte -«¡ ver si te voy a matar, maricón!»- y que concretan que a falta de dos minutos para caer desplomado en el suelo, le gritó a Samuel: «Te voy a apuñalar, vas a morir». Al relato de quienes presenciaron el ataque se suma el de tres de sus amigos, que en sede judicial lo señalaron como partícipe. Se trata de Kaio Amaral, de la novia de éste, y de Alejandro Míguez. Además, varias cámaras lo captaron y en la cara de la víctima apareció su ADN. La fiscal pide para Diego, de 29 años, 25 años de prisión. En su caso, incorpora la agravante de discriminación por condición sexual. Montaña fue arrestado pocos días después del crimen y sigue en prisión preventiva. Novia entonces de Diego Montaña, Catherine Silva es otro de los nombres propios de este proceso, aunque su participación en los hechos sea la más cuestionable a ojos de un tribunal ciudadano. La instrucción no tiene dudas de su responsabilidad en la muerte, ya desde el inicio de la agresión, aunque no hubiera propinado un solo golpe a la víctima. Katy, como se la conoce, estaba con Diego cuando él se encaró por Samuel y llegó a empujar a la amiga del fallecido para que no pudiese auxiliarlo. Hasta tres testigos la señalan como participante, pero nadie la vio tocar a Samuel. Las acusaciones disponen de grabaciones que la sitúan en medio de la turba y la Fiscalía pide para ella 25 años por asesinato con discriminación, idéntica pena que para su pareja. La chica, coruñesa de 22 años, fue detenida en la primera semana de la investigación, pero nunca llegó a pisar la cárcel. La dejaron en libertad como investigada. Se espera que declare al inicio del juicio, el próximo día 17, en una posible estrategia de la defensa para alejarla de los que tienen más papeletas para ser condenados. Su entonces novio, entre ellos. Alejandro Freire, alias 'Llumba', de 24 años, también estuvo en el radar de los investigadores desde el principio. Se considera que fue él -y no Diego- quien tumbó a Samuel con la técnica de ' mataleón '. Lo acusan de «sumarse a la dinámica» de su amigo para derribar a la víctima. También aparece minutos más tarde en la persecución de 150 metros que inició el grupo atacante cuando dos jóvenes senegaleses ayudaron a Samuel a ponerse en pie. Y hay pruebas de su presencia en la agresión definitiva a pie de acera cuando el enfermero ya se había desplomado. Seis testigos lo inculpan, entre ellos, de nuevo, sus amigos Kaio Amaral, la novia de éste y Alejandro Míguez. Su imagen también aparece en grabaciones y anexos fotográficos. Y una última prueba: se dispone de ADN de este implicado en unos cristales que aparecieron al lado de la víctima. Llumba se presentó motu proprio en la comisaría para dar su versión de los hechos, conocedor de que su nombre circulaba ya, y al poco tiempo fue detenido. Insiste en que él no pegó a Samuel y pone el foco sobre su Kaio («yo lo vi en el suelo y no hice nada, fue el Kaio, unas patadas»), como desveló este sábado en exclusiva ABC al publicar los mensajes que se intercambió con un amigo a través de Instagram los días posteriores a la agresión. Entre rejas, su relación con Diego se ha mantenido, no así con Kaio, al que culpan de romper un pacto de silencio. Es el acusado que más ha señalado al resto de sospechosos. Ante los investigadores, confirmó la participación de Diego y de Llumba. Por supuesto, negó la suya. Insiste en que estaba en el lugar de los hechos, que cogió el móvil de Samuel (la fiscal pide para el 27 años por asesinato más robo con violencia), pero asegura que no contribuyó a la muerte. Cuatro testigos lo ubican en el meollo del linchamiento , además de las propias cámaras . Kaio estaba «en las inmediaciones del lugar» cuando se percata del ataque, y con la pelea ya iniciada, se suma a ella cuando Samuel ya estaban en suelo. De él recogen las diligencias de forma expresa que «golpeó a la víctima con patadas en la cara y en la cabeza» en un momento en el que el fallecido estaba «rodeado y golpeado, inerme, a merced y voluntad de su grupo de agresores y en clara situación de inferioridad y desvalimiento». A Kaio lo detuvieron la primera semana de investigación y está en prisión preventiva, donde ha protagonizado algún altercado con otros reclusos. Lo mantienen alejado de Diego y Llumba. Fue el último en sumarse al plantel de investigados y posteriormente procesados por el mediático caso. Los investigadores tardaron en detenerlo dos meses, lo que explica que en los primeros compases de las diligencias, a las que accedió ABC, figure como un testigo más de la pelea, y no como actor. En su declaración, Míguez acusa a Diego y a Llumba, colegas de su grupo, como autores del ataque ya desde su inicio. Además de ser el último en ser arrestado, Míguez se libró -igual que Catherine- de entrar en la cárcel y espera en libertad provisional el juicio en el que se aclarará su responsabilidad. Ante la Policía, Míguez también incriminó a 'Pompo', uno de los dos menores ya condenado por el crimen a tres años y medio de internamiento en otro proceso judicial al margen. En su contra hay anexos fotográficos que lo sitúan en el lugar de los hechos , y que permitieron concretar, sumados a un testigo del ataque, que golpeó y pateó a Samuel, preocupándose de que no pudiese zafarse de la paliza. Al igual que Katy, se espera que Alejandro Míguez declare al principio del plenario, una jugada para marcar, a ojos de los miembros del jurado, distancia con los que fueron sus amigos. Aunque se trata de un proceso resuelto y cerrado, el nombre de los dos menores condenados por la muerte de Samuel Luiz saldrá a relucir durante el mes de juicio. Los dos jóvenes, ahora mayores de edad , fueron identificados por distintos testigos que confirmaron su implicación activa en la multitudinaria agresión . Al tratarse de una sentencia de menores, no está permitido conocer el grado de participación en el linchamiento, pese a que sí quedó acreditado que los dos son coautores del crimen . El listado de comparecientes del juicio al que arrancará la próxima semana, y al que accedió este diario, recoge la declaración de los dos menores sentenciados, en calidad de testigos del hecho, para el día 24 de octubre. Con su presencia se intentará arrojar luz sobre los seis minutos de violencia desatada que el grupo de amigos descargó sobre Samuel. En total, se espera que declaren en el plenario más de cuarenta personas que aquella madrugada presenciaron de forma más o menos cercana la tortura y final de una víctima que, tres años después, espera justicia.