'No hay bien que por tren no venga', nuevo grito de guerra de los defensores de la línea Guadix-Baza-Lorca

El Gobierno considera que recuperar la línea ferroviaria Guadix-Baza-Lorca no es económicamente viable y, aunque no le cierra la puerta, anuncia que no se planteará hacer nada hasta 2030. Otras administraciones, como la Junta de Andalucía o la Diputación de Granada, quieren que el proyecto se siga estudiando. Mientras tanto, la Asociación Amigos del Ferrocarril Comarca de Baza y la plataforma Comarca de Guadix por el Tren van más allá y, además de presentar alegaciones a la decisión gubernamental, han puesto en marcha una campaña reivindicativa . Su lema: 'No hay bien que por tren no venga'. Antonio Francisco Martínez , portavoz del colectivo que la impulsa, ha explicado que se toma esa decisión «como una reacción para contrarrestar las pretensiones cada vez más explícitas del Ministerio de Transportes» y ha especificado que, dentro de la Mesa por el Tren, hay representantes de sectores sociales, empresariales y político-institucionales, que tienen en común su defensa del tren. Mientras tanto, como se ha dicho, se lucha en el terreno administrativo. Los colectivos afectados han presentado «con rapidez» alegaciones ante el comité asesor del organismo ministerial «para refutar con criterios técnicos los aspectos negativos y solicitando la reformulación del estudio informativo con esta línea en el ámbito del Corredor Mediterráneo «, una infraestructura con la que el tren Guadix-Baza-Lorca sería «perfectamente compatible» . La campaña se desarrollará de manera simultánea en doce comarcas de las provincias de Granada y Almería y de la región de Murcia , aquellas por las que discurre el trazado. Se trata «de una iniciativa reivindicativa en la que se anima a la sociedad civil de estas comarcas tanto a participar como a reclamar por la apuesta de presente y futuro que es la vuelta del tren». Pero sobre todo, ha precisado, es una campaña informativa y divulgativa «que resalta la viabilidad, necesidad y rentabilidad de la reapertura ferroviaria y que muestra sus enormes bondades: crea de puestos de trabajo directos, frena la despoblación y la desertización del territorio, ahorra tiempo y dinero en el tránsito del transporte al acortarlo 100 kilómeteros, logra la vertebración territorial de las comarcas entre sí y con el resto de zonas, mejora de una conectividad que ahora brilla por su ausencia, y consigue una movilidad ecológica que puede convertirse en bandera del transporte sostenible a escala estatal y europea», entre otras virtudes.