La tabla del 12

Los militantes de la tristeza odian las matemáticas. Tal vez la exactitud les resulta incómoda, o están convencidos de que la armonía del mundo está desgajada de la realidad, que sólo se alcanza en las utopías abstractas y en la lucha clandestina. Pero los números responden con frialdad a los deseos y las supercherías. Son inmutables. Los militantes de la tristeza querrían ver en las matemáticas sesgos de clase, perspectivas de género, de identidad. Pero son impertérritos. Aun así, Bach jugaba con las matemáticas en ascuas, en fuga hasta encontrarse. Y la geometría daba acceso a la academia de Platón. En la literatura persisten los triángulos amorosos y los binomios newtonianos o cervantinos. Por eso no se entiende el odio... Ver Más