Una terapeuta explica cómo superar el primer año de vida del bebé sin separarte

La llegada de un hijo es algo tan potente y transformador que inevitablemente provoca cambios en los progenitores. La relación de pareja que tenían hasta entonces también se ve afectada, pues deben afrontar en común un reto absolutamente nuevo: criar a un hijo . Este bebé, a su vez, removerá al niño que cada uno de ellos fue. Y desde esta removida, tan monumental como, en ocasiones, inconsciente, ¿cómo puede la pareja seguir teniendo una buena relación?, ¿cómo puede mantener un vínculo sano, que sume y que esté lleno de amor, respeto y conexión? A menudo los cambios son tantos y va todo tan rápido que la pareja, centrada en sacar adelante a los hijos y en trabajar, se va desconectando y distanciando, hasta el punto de que muchos sienten que están conviviendo casi como meros compañeros de piso, lo que los lleva a pensar en la separación . ¿Qué podemos hacer para que esto no ocurra? Este es el tipo de preguntas que la consultora de crianza consciente, escritora y periodista, Miriam Tirado, responde en su último libro 'Criando juntos' (Editorial Grijalbo) . «Me parecía interesante ahondar en este tipo de temas para que la relación no haga aguas una vez ha llegado el hijo y no había encontrado libros sobre esta temática». Parece que la pareja se suele centrar en aprender sobre los cuidados del bebé, pero no sobre lo que necesita la pareja…   Se está muy pendiente del bebé y es muy normal, porque es todo nuevo y confiamos en que lo nuestro con la otra persona sea lo suficiente sólido para poder transmitir eso. Pero luego vemos que en la crianza de los hijos surgirán retos y que en esa relación de pareja, si no se cuida y no hay buena relación, pueden darse crisis Para la gente que está pensando tener hijos juntos será ideal porque podrán ir más preparados. Pero, de todas formas, hay muchas parejas que ya tienen hijos de cualquier edad, bebés o adolescentes, que se encuentran en una situación de relación de pareja de desconexión, de cierta distancia entre los dos… A los que este libro les puede venir muy bien, primero para identificar lo que les ha pasado y luego para intentar solucionarlo. Pero, qué duda cabe, que ese primer año del bebé es muy complicado. Y que desgraciadamente, hay muchas parejas que no lo superan juntos.   Cuando pasa eso es que se trataba de parejas que eran muy poco sólidas, donde no había una base sólida común, o no se había creado o dedicado suficiente tiempo y mimo a cuidar, crear, y construir… Esto se hace con conversación, tiempo, dedicación… Puede que se idealice lo que se ve en redes sociales… Se va un poco a la torera… Y sí, muchas veces se idealiza lo que se ve en redes sociales. Cuando la realidad es que es algo parecido a un tsunami.   Hay poco la creencia de que no debe ser tan difícil, si todo el mundo lo hace. Y desde esta premisa a veces no se toma la importancia de lo que es. Pero tener hijos es una empresa muy 'heavy', es algo muy potente y poderoso que nos va a remover de arriba y abajo… En efecto, la llegada de un hijo lo revoluciona todo. La pareja se tiene que resituar y nadie acierta con los consejos, hay que vivirlo.   Es verdad que no te lo imaginas antes de que suceda, pero poder leer sobre qué pasa, de alguna forma novelada, a través de las pequeñas historias de Juan y Dolo, te permite identificarte y entender más cosas. te ayuda a ponerte en situación. Obviamente es difícil cuando no tienes hijos pero el ejercido de ponerte en situación y que alguien te cuente como puede ser, ayuda a ver diferentes escenarios y cuando estés en ellos no pienses que estás loco porque es normal lo que te está pasando… Hay que entender que los primeros meses la madre piensa solo en la cría pero… ¿Cómo puede la pareja seguir teniendo una buena conexión? Claro. Es que pasan muchas cosas físicas y hormonales a la madre que, obviamente, ese primer tiempo está dedicada al bebé. La naturaleza nos prepara para que el primer tiempo estemos abocados o centrados en el niño. Tiene que ser así, pero también tiene que haber conversación con la pareja, mirarnos a los ojos, preguntarnos cómo estamos… Tratarnos bien e interesarnos por el otro y, aunque no podamos hacer muchas de las cosas que hacemos, porque tenemos un bebé pequeño, tiene que haber ese respeto y admiración para poder seguirnos cuidando de alguna forma. Desgraciadamente, muchas parejas se van desconectando y distanciando, hasta el punto de convertirse en meros compañeros de piso… Esto es multifactorial, no es solamente producto de una cosa, es por varias razones. A veces es que la pareja tiene poca base y no estaba muy bien antes de tener hijos… Otras veces es que la removida interna de los dos es tan fuerte que no se acaban de encontrar… Muchas personas tienen hijos sin haber hecho terapia… Que en mi opinión, todo el mundo necesitaría tener un poco de terapia cuando eres adulto para revistar tu infancia antes de ser padre, para ver de dónde vienen las cosas. Si no se ha hecho eso cuando tienes al bebé, todos tus traumas y expectativas de vida que no has colocado en su sitio reaparecen. Y a tu pareja le pasa lo mismo… Un punto de vista muy extendido, y que usted rechaza, es la visión de que con los hijos las relaciones de pareja se resienten. Pero la realidad es que cambian.   El cambio es normal, es bueno, no tiene que ser necesariamente a peor, puede ser a mejor pero esto dependerá de nosotros también, de qué hacemos con eso. Si nos revisamos e intentamos conectar, buscamos estrategias, información… o no. Pero es verdad que es una creencia. Tu vida, tal y como la conocías, pasa a ser otra vida, es otra cosa. Tú cambias, tu pareja cambia, tu hijo cambia a cada semana… ¿Qué pasa? Claro que es cambio, pero así es la vida, cambio continuo y constante. A veces es evidente y a veces no tanto y con la paternidad es muy evidente…. pero no tiene por que ser malo. Que cambiemos con la maternidad es bueno; maduramos, nos hacemos muy responsables… Todo esto es bueno y constructivo pero, ¿qué hacemos con ello a nivel de pareja? Hay una parte de trabajo personal de pareja que hay que hacer, y dependerá de la voluntad que haya de hacer este trabajo… ¿Cuáles son los principales conflictos entre una pareja ese primer año de vida del bebé? La mayoría se van desconectando a medida que crecen los hijos porque hay muchas conversaciones incómodas que no se tienen, a veces por falta de tiempo, a veces por falta de ganas de hablar de según qué cosas… Esas pequeñas heridas y pequeños reproches con el tiempo van siendo mayores y es como una bola de nieve. Al principio es pequeña pero luego es muy grande… ¿Y qué líneas rojas no se deberían dejar pasar en la relación? Hay 'red flags' que a veces están antes de tener hijos pero a veces no se quieren ver. Antes de tenerlos, pueden ser temas de los que ya no hablamos que cuando los abordamos no nos ponemos de acuerdo y la conversación sube de tono, o que no nos guste la otra persona como actúa en determinadas ocasiones… Pero a veces el amor, las ganas de que funcione, el miedo a sentir que hemos fracasado hacen que estemos pasando por un mal momento y pensemos que si tenemos un hijo eso nos va a unir más… Cuando un niño no soluciona nada. Lo empeora Hace aflorar con más nitidez lo que ya había… ¿Qué cosas hay que tener claras antes?   Antes tenemos que haber hablado de qué cosas no queremos que pasen en la relación como, por ejemplo, tratarnos sin respeto, mentirnos y gritarnos, tratarnos mal… Si esto lo hemos dejado claro antes, cuando se crucen líneas rojas esto lo tendremos claro. ¿Qué recomendación haría cuando la separación parece inevitable?   Es importante que si nos separamos tiene que haber conciencia y sensación de que vamos a ir a una y poder criar juntos a nuestro hijo, aunque no seamos pareja. Seguro que si ponemos más atención a todo eso irá mejor. Hemos de tener claro que eso es en beneficio de nuestros hijos, que son los que tienen que estar en el centro. Porque a veces, cuando la relación está tan deteriorada, es muy difícil poder llegar a acuerdos sobre los hijos aunque decidan separarse, pero cuando la relación está tan podrida, se llevan tan mal, todo son reproches y el que lo pasa peor es el niño. Tendríamos que evitar que esto pasara.