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La caída del imperio de los narcopisos en Latina de los reyes de la Cañada Real

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Una veintena de viviendas, numerosos detenidos y 288 policías nacionales son las cifras frías del enorme dispositivo desplegado desde primera hora de la mañana de ayer en el entorno de Caño Roto, la zona más degragada del distrito de Latina. La misma donde en noviembre de 2020 dos centenares de agentes irrumpieron en busca de los narcopisos de los Jiménez , uno de los clanes de la droga que han reinado en la Cañada Real durante lustro, con los Fernández, los Bruno, los Gordos... Todos, en definitiva, al final están emparentados entre sí. Otros distritos y también el municipio toledano de Casarrubios del Monte fueron puntos de actuación desde las primeras luces del día. Pasadas las seis y media de la mañana, una columna de vehículos rodeó un chalé de la urbanización Calypo Fado, en la conflictiva comarca toledana de La Sagra. Era el número 269 de la avenida de Toledo, esquina con la calle Zaragoza. Durante horas, agentes uniformados y de paisano, con la ayuda de perros adiestrados, permanecieron en los alrededores, cortaron los accesos y registraron el domicilio, al que acudieron numerosos allegados y familiares de los moradores. Conocida como Villa Gemma, este inmueble está dedicado a la santa italiana Gema Galgani. Luce un gran imagen de ella en un lateral de esta enorme casa de ladrillo, que se utilizaba como «vivienda de recreo» principalmente los fines de semana y festivos. «De manera esporádica. Iban y venían, y no llamaban la atención por su forma de vivir; si acaso, por ser gitanos», según los vecinos. En un chalé de esa misma urbanización castellanomanchega, en la calle de Zaragoza, hubo en abril varias personas detenidas como presuntas autoras de delitos de estafa, concretamente timos. La operación fue realizada por la UDEV Central en ese caso. En Madrid capital, los reporteros fueron recibidos a insultos por familiares de los investigados, que se mostraban indignados por la presencia de cámaras. Policías de las unidades Canina, de Caballería, de Intervención Policial (antidisturbios), de Prevención y Reacción (UPR), Brigada Científica, el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT, una de sus especialidades es la detección de caletas o escondrijos), Udyco de Madrid y comisaría de Latina. Los agentes tomaron la zona interbloques y una veintena de viviendas que serpentean entre los número 3 y 16 de la calle de Cullera. Allí murió el lunes pasado un toxicómano que había acudido a uno de los narcopisos a comprar estupefacientes y consumirlas. Fuentes policiales confirman que los registros se practicaron tanto en estos 'comercios' ( algunos funcionan también como fumaderos y guarderías o escondites de droga); y domicilios particulares de los implicados, en los que se buscó sustancias (heroína, cocaína y marihuana, fundamentalmente), dinero y armas. Insisten además que, pese al óbito de principios de esta semana, la investigación viene de largo tiempo atrás, por lo que han sido necesarias numerosas vigilancias, entrevistas a clientes y demás pruebas hasta recabar la autorización judicial de entrada. El motivo principal de esta operación y la de hace cuatro años, que se saldó con 22 detenidos del clan de los Jiménez, es el hartazgo vecinal. Se trata de viviendas en altura que fueron propiedad del antiguo Ivima de la Comunidad de Madrid, pero que posteriormente se vendieron a particulares. Muchos de ellos eran los propios residentes a los que se presuponía vulnerabilidad social y económica, por lo que se les cedieron los pisos. No en vano, el ayuntamiento de la capital tiene previsto poner en marcha en pocos meses el sistema de videovigilancia anunciado en la calle de Cullera y su entorno.