Stefan Kung gana la contrarreloj en la Gran Vía
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Acaba la Vuelta a España con una explosión de color por las calles de Madrid y el icónico final en la Gran Vía, frente a la sede de Telefónica en homenaje de la organización al patrocinador Movistar. Muchísimo público animando a los ciclistas, a todos sin distinción, y en especial al suizo Stefan Kung, que sube al podio para recoger el trofeo como vencedor de la contrarreloj de 24 kilómetros que ha atravesado la capital en una fiesta de ciclismo. Kung, rodador de tronío, se impone a Primoz Roglic, el enigmático esloveno de sonrisa fácil que se ha convertido en el jefe histórico de la Vuelta a España ya tiene cuatro Vueltas, las mismas que Roberto Heras aunque sin discusión en los tribunales ni causas de dopaje. Roglic es la referencia, se entrega hasta el último día por las avenidas de la capital, quiere ganar y celebrar esa funda roja que viste su cuerpo. Kung ha ejecutado una contrarreloj sobresaliente y no puede cerrar el círculo. Queda segundo, honra a la Vuelta hasta el último instante. También lo hacen Ben O'Connor y Enric Mas , segundo y tercero al empezar la etapa y en la misma posición al concluir en la Gran Vía. Enric Mas no puede con el australiano, que es algo mejor contrarrelojista y le aventaja en medio minuto. El mallorquín ha llegado hasta donde puede. En condiciones normales sería segundo, como otras tantas veces, detrás del hombre más fuerte de la carrera se llame Roglic o Evenepoel. Se coló O'Connor por aquella escapada bidón y le ha dejado un escalón por debajo.