Un directivo de una empresa de descanso explica por qué las almohadas se vuelven amarillentas: «Sobre todo los hombres...»
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Aunque muchas veces sea complicado sacar tiempo para limpiar nuestra casa en profundidad, hacerlo al menos unas pocas veces al año puede marcar la diferencia. Estas limpiezas a fondo pasan por higienizar aquellos rincones y elementos que día a día no requieren gran mantenimiento pero que, con el tiempo, van cogiendo suciedad. Un ejemplo de ello podrían ser los techos, las lámparas más altas, las alfombras o los colchones y almohadas . Este último objeto cuenta con fundas que sí vamos lavando con bastante frecuencia, pues es la tela que está en contacto con nuestra piel, rostro y pelo, por lo que tiende a ensuciarse con mayor facilidad. Sin embargo, la parte más interna y la funda original de la almohada, sobre la que ponemos la de la sábana, la dejamos más olvidada y, al final, también termina cogiendo esa suciedad propia de apoyar nuestra cabeza en ella. En concreto, con el paso del tiempo suele aparecer algo bastante desagradable y que suele costar bastante limpiar: las manchas amarillas. Una almohada amarillenta provoca mal aspecto e incluso puede dar asco, por lo que muchos buscan la forma más eficaz de quitar la mancha pero, al tratarse de un objeto de tela, plumas, relleno sintético o viscoelástico, resulta difícil de limpiar de manera tradicional sin que coja demasiada humedad o tarde demasiado en secarse. Sobre este tipo de suciedad ha hablado Fabio Perrotta, director de compras de Dreams, empresa de descanso que vende colchone, en una entrevista con The Mirror: «El debate sobre las almohadas amarillas es un tema candente y en este contexto es importante tener en cuenta tanto la comodidad como la higiene». Así, cuenta que la causa de la aparición de este color amarillento puede deberse a varios factores, como la acumulación de sudor, grasa corporal y ácaros de polvo . A esto hay que sumar los productos que nos echamos en el cabello como ceras, lacas, espumas y demás. Además, indica que «sobre todo los hombres» tienden a dejar este rastro, debido a las diferencias hormonales que pueden influir: «Las variaciones en la composición del sudor y la grasa de la piel pueden afectar al índice de manchas. Los hombres también suelen tener vello facial, que puede atrapar aceites y otras sustancias, lo que puede provocar una mayor transferencia a la funda de almohada», cuenta Perrotta. Para limpiar estas desagradables zonas amarillentas en nuestras almohadas podemos probar a meterlas en la lavadora o lavarlas a mano, pero Perrotta tiene una solución mucho más sencilla , según contó en la entrevista del medio citado. «Hay muchas formas de prevenir o atajar este problema. Algunas de mis favoritas son poner la almohada al sol durante unas horas, lo que puede ayudar a blanquearla y refrescarla de forma natural, o utilizar zumo de limón o bicarbonato para quitar las manchas. Además, asegúrate de leer siempre las instrucciones de limpieza de cada almohada», indica el directivo de la empresa de colchones y almohadas. A la solución de ponerlas al sol hay que añadir que los rayos de luz de este además de poder blanquear, desinfectan ciertas superfecies como la tela, por lo que estaremos consiguiendo tanto quitar la mancha amarilla como desinfectar nuestra almohada.