Fantasma
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Los ciudadanos de Barcelona son libres de opinar, discutir y valorar el asunto del turismo y los pisos turísticos. También, son libres de hacer las propuestas que les parezca. Lo que no deberían hacer es dañar la imagen de la ciudad. Hablo de ese género de protesta tan barcelonés que es conocido con el nombre de turismofobia. Ese vandalismo urbano –increpar al turista, rociarlo con pistolas de agua, precintar simbólicamente los pisos turísticos, muñecos de turistas ahorcados, carteles en donde se puede leer «turista escupimos en tu cerveza» o «defiende la cultura popular, ataca al turista»- que perjudica la reputación de Barcelona. Un buen crédito que se ha conseguido tras décadas de trabajo y puede esfumarse –con la colaboración de... Ver Más