«Nos sentimos apoyados por la gente de aquí»
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Tras su cierre en pleno agosto, acusando el «desgaste» de los clientes 'fodechinchos' ante unos días festivos donde el turismo se acentúa, el Puerto Marina Baar vuelve a abrir sus puertas a rebosar de clientes. Las veinte mesas de la terraza se ocupan en cuestión de segundos, con un constante flujo de personas, de todas las edades, que acuden al bar que saltó a la fama por el polémico cartel donde se aprecia un signo de prohibido con la bandera de la Comunidad de Madrid. «Dos roncolas y cuatro vasos, unas olivas pa acompañar, ¿qué tienes de pincho?» dicta el póster, que, añade, «está entrando en un sector libre de 'fodechinchos' ». Un término que se utiliza en Galicia desde hace mucho tiempo, en referencia a los turistas de fuera de la comunidad, especialmente a los madrileños. Pero ello no impide que sea el bar más transitado de la localidad costera, en el municipio coruñés de Oleiros. Tampoco las publicaciones en Facebook, donde se llegaba a afirmar que « si cae una bomba en Mera, se quedan sin tontos en la Meseta ». «Mira como están los otros -bares- y mira como estamos nosotros», señala el dueño del local, José Balsa, el cual admite que no tenían intención de «generar tanto revuelo ni de molestar ». Añade que las personas que se encuentran en el bar son todos conocidos, su clientela habitual, que acude todos los días del año, más allá de la temporada estival donde muchos turistas acuden al pueblo y a su playa, como ayer, con sol , cielos despejados y temperaturas por encima de los 20 grados. Balsa matiza que su peculiar campaña no va dirigida a todos los madrileños, sino a un perfil específico de turista. «No lo focalizamos en los madrileños en sí. El perfil de fodechinchos, normalmente, son madrileños , pero pueden ser de Ávila, Asturias, o cualquier otro sitio. Los que vienen con el freno de mano tirado», indica en referencia a los clientes que comparten consumiciones o directamente se sientan sin pedir nada. « El turismo es importantísimo para Mera, para mí no , pero sí para el pueblo», indica el dueño del bar, que afirma sentirse «apoyadísimo por la gente del pueblo», ya que «muchos están hartos pero no dicen nada». Según Balsa, «como no dependemos del turismo, levantamos la bandera de los indefensos». Pero al preguntar a los vecinos de la localidad, la mayoría coincide en que no comparten las formas de esta peculiar campaña de márketing. Coinciden, además, en que se trata de « publicidad gratuita », que no beneficia en general al conjunto del pueblo. «Durante años hemos pedido que vengan más y más turistas. Y ahora queremos turismo a la medida. Tienen derecho a venir el que tiene más y el que tiene menos. Hay que aceptar a todos», señala Paco, vecino de Mera, desde uno de los bancos que dan al paseo marítimo y a la playa de la localidad, con centenares de personas disfrutando de los últimos retazos de agosto. A su lado, Luis, critica que « no está bien tirar piedras contra tu propio tejado », ya que el turismo es vital para la economía de Mera en estas épocas del año. «¿Que si hay gente maleducada? Por supuesto, la hay en todas partes», añade Paco, que opina que lo más correcto es invitar, educadamente, a ir a otro lado si no hay lo que uno pide. « Creo que se pasó un pelín . Si alguien, por ejemplo, le pide una cerveza y dos copas y tres pinchos, pues sírvaselos y se los cobra. ¿Qué no quieren pagar? Pues que no vuelvan», indica María Jesús, residente en Mera. También hay voces como la de Alberto, lector asiduo de ABC, que señala que «ha sido desafortunado, tanto por un lado como por el otro», en referencia a las formas del bar y a la «excesiva» atención mediática, que hace flaco favor a la imagen del pueblo. «Mera no es lo que se dice por ahí», añade con preocupación ante la situación de falta de camareros y la delicada situación de otros bares, que pueden sufrir las consecuencias de la «mala imagen» que transmiten del pueblo.