El truco egipcio que te permitirá dormir bien por la noche durante la ola de calor: sin necesidad de ventilador ni aire acondicionado
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La despedida de julio se está viendo marcada por un calor intenso pues, en este último día del mes, son varias las comunidades autónomas que registran provincias en aviso rojo por calor . Es normal que en verano se den altas temperaturas pero en ocasiones, estas son demasiado elevadas y muchas personas no encuentran forman de hacerles frente. Esto es algo que se agrava, sobre todo, a la hora de dormir, pues el calor extremo no permite que conciliemos el sueño fácilmente, sino que nos hace dar vueltas y estar incómodos. De hecho, expertos indican que la temperatura ideal del dormitorio para un buen descanso no debería superar los 19 grados . Teniendo esto en cuenta, dormir se convierte en algo casi imposible para muchos, pues en los últimos días se han registrado termómetros a más de 30 grados en plena noche , algo insoportable que hace que busquemos diferentes alternativas para refrescarnos en las horas nocturnas. Los aires acondicionados y los ventiladores suelen ser los métodos más repetidos en los hogares españoles para combatir estas noches infernales pero, su uso durante tantas horas no es recomendable por motivos como que pueden resecar nuestras vías respiratorias, producirnos dolor muscular o hacer que la factura de electricidad se encarezca. Así, abrir las ventanas tampoco hace mucho cuando no corre el aire y la temperatura es muy alta y darnos una ducha fría tiene unos efectos que se pasan muy rápido. ¿Qué hacer entonces? A continuación te dejamos una opción conocida como técnica egipcia o truco egipcio con la que conseguir refrescarnos de forma rápida, fácil y barata. Aunque no haya evidencias suficientes de que esto lo hicieran los antiguos egipcios, lo importante en este caso es la eficacia, no el nombre. Este truco sencillo, rápido y que no te costará casi nada consiste simplemente en mojar nuestra sábana con agua fría y taparnos con ella . Eso sí, no de cualquier manera, sino que solo se recomienda hacerlo con la sábana de encima, que podemos mojar en la ducha con el agua fría y luego escurrir muy bien, pues la intención es que quede más bien húmeda y no gotee. Otra forma de hacerlo es meterla en la lavadora con solo enjuagado ya que así saldrá mojada pero muy bien escurrida. Esta humedad fresca hará que nuestro cuerpo pueda bajar de temperatura y que esto se mantenga durante el rato suficiente para quedarnos dormidos y, conforme va pasando la noche la sábana se secará. Si esto no te convence, también puedes probar con toallas húmedas frías o pañuelos de tela, que incluso puedes meter en la nevera para que queden aún más frescos y, después, colocarlos por diferentes partes de tu cuerpo para enfriarlo en poco tiempo y de manera gradual.