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¿Se desperdicia la tierra fértil para desplegar más parques solares?

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Dice José Donoso, CEO de la Unión Española Fotovoltaica (Unef), la asociación que representa a unas 800 empresas del sector de la energía solar en nuestro país, que la mayor amenaza a la que se enfrenta la transición energética y sus oportunidades son los bulos y las noticias falsas. Por ello, no es de extrañar que ayer celebrara públicamente el informe emitido por el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que venía a desmontar uno de los mitos más extendidos sobre la expansión de la energía solar en España. ¿Realmente las placas solares están quitando terreno a la producción de alimentos, ya sea en la agricultura o la ganadería? La respuesta llegó en forma dato aplastante recogido en el referido estudio: solo el 0,2% de las tierras fértiles en España están ocupadas por paneles solares, lo que se traduce en total de 47.298 hectáreas. Si en los próximos años se duplicara esta superficie con futuros proyectos de grandes instalaciones previstos -según lo aprobado por el Miterd a principios de 2023-, alcanzaría las 100.000 hectáreas, o sea, un 0,4% del total. Es una cifra récord , claro está. El despliegue de la energía solar en España es innegable. Según los datos de Red Eléctrica Española, la energía solar fotovoltaica fue la segunda renovable con más potencia instalada en 2023, con más de 5.500 MW nuevos instalados, el 20,3% del total. Aún así, en el año 2030 no se llegaría ni a superar el 1% de la superficie agrícola disponible. «Durante más de una década, la desinformación existente sobre la coexistencia entre la agricultura, ganadería y la energía solar ha sido motivo de debate y, en ocasiones, conflicto. La convivencia no sólo es posible, sino que es la realidad en el 90% de los proyectos, enriqueciendo a ambas actividades», valora Donoso. La distribución de los 'huertos solares' no es homogénea en el territorio nacional, tal y como se puede comprobar en el estudio publicado por el Gobierno. Castilla-La Mancha y Extremadura son las comunidades autónomas con mayor proliferación de parques fotovoltaicos, con 11.460 y 11.349 hectáreas, respectivamente. Ocho provincias concentran el 63% de la superficie fotovoltaica instalada en España: Badajoz, Cáceres, Sevilla, Zaragoza, Ciudad Real, Cuenca, Murcia y Albacete. «Ninguna de estas comunidades autónomas y provincias tiene una ocupación de terreno agroganadero superior al 0,4% con proyectos de energía solar en suelo», concretan desde la Unef. Además, según el informe, un 81,8% de los paneles solares se han instalado en «tierras de secano degradadas y sin valor biológico, y solo un 10,6% en regadío». Los cultivos que se han visto desplazados por la instalación de parques fotovoltaicos son fundamentalmente tierras de cereal, barbecho, girasol y olivar, concretan desde el Ministerio. Desde el Ministerio recuerdan que existen proyectos piloto de agrovoltaica , la tecnología que facilita la convivencia entre las dos actividades, pero desde Unef insisten en que, además de «no generar ningún conflicto con otras actividades económicas del territorio, la fotovoltaica supone una oportunidad para transformar la España Vaciada en una España Ilusionada» por el rendimiento económico que aporta a las tierras. Los parques fotovoltaicos -recoge el informe del Ministerio- generalmente se ubican en áreas rurales o cercanas a zonas urbanas en terrenos que no exceden las 15 hectáreas (una parcela de entre 5 y 15 hectáreas puede producir entre 5 y 10 MW). El alquiler es la fórmula más utilizada para la explotación de estas instalaciones por periodos de 25 a 30 años, coincidiendo con la vida útil de los paneles solares. Así, desde la Unef realizan el siguiente cálculo: el valor del alquiler puede estimarse desde 1.000 euros por hectárea al año, hasta 2.000 según el caso, la época en la que se firmó el contrato, la zona, etc. Puede asumirse un valor medio de 1.500 euros por hectárea al año a estos efectos. Rendimientos que, defienden, «redundarían en la economía local».