Alberto de Mónaco y Charlène: 13 años de un matrimonio extraño, polémico y ciclotímico
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Fue en aquellos 1 y 2 de julio de 2011 cuando Mónaco vivió la ilusión de un matrimonio real. El Príncipe Alberto (66 años) celebraba su boda con la bella Charlène (46 años) después de un noviazgo que fue original desde el comienzo hasta ahora, con una vida llena de interrogantes, derroche y extravagancias . Desde entonces, se han vertido muchos ríos de tinta sobre el enigmático enlace, lleno de idas y venidas, conspiraciones, rumores, lágrimas, alguna sonrisa y, sobre todo, un increíble derroche de dinero. Aquí repasamos los 10 momentos más señalados de tan particular matrimonio. Recién llegada de los Juegos Olímpicos de Sídney, donde quedó quinta, Charlène Wittstock conoció al Príncipe Alberto de Mónaco mientras competía en el principado en el evento del Mare Nostrum en el año 2000 . Ganó el oro en los 200 metros espalda. Dicen que él quedo hechizado por la pétrea belleza de ella. A pesar de haber salido varios años antes, la pareja hizo su primera aparición oficial en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2006 . En este año, Charlène también se convirtió en residente permanente en Mónaco. Su relación ya era oficial y ambos asistirían como pareja a la boda de los entonces duques de Cambridge. En los días previos a la boda la prensa aseguró que Charlène se había echado para atrás y huido, presumiblemente después de enfurecer tras conocerse una de esas demandas de paternidad por las que es conocido Alberto. Pero hubo enlace real, por supuesto. Hubo preboda con concierto de los Eagles, una ceremonia civil el 1 de julio en el Salón del Trono del Palacio del Príncipe con novia vestida de Chanel y una ceremonia religiosa el 2 de julio, con Charlène de Armani y 40.000 cristales de Swarovski. Se le vio a Charlène llorar, pero ella diría que fueron lágrimas « de emoción ». El 10 de diciembre de 2014 se anunció que la princesa Charlène había dado a luz a los gemelos, la princesa Gabriella y el príncipe Jacques. A pesar de que Gabriella es la primogénita, las leyes de Mónaco advierten que Jacques está por delante de ella en la línea de sucesión. A principios de 2021, Charlène viajaba a Sudáfrica como parte de su tarea filantrópica dentro del Principado. Después de llegar, se revelaba que tenía una infección como resultado de una cirugía anterior mientras se la consideraba « no apta para volar ». Comenzaba su extraña reclusión, nunca del todo explicada. La primavera de 2022 marcaría un nuevo capítulo para la princesa monegasca, ya que regresaba al redil familiar y a la vida real pública. En declaraciones al periódico 'Monaco-Matin', comentaría: «Mi estado de salud es todavía frágil y no quiero ir demasiado rápido... el camino ha sido largo, difícil y muy doloroso ». La Casa Real tenía nuevos planes para Charlène: rehabilitar la imagen de la pareja ante la opinión pública . Las Navidades de 2022 estuvieron trufadas de idílicas postales familiares. El Príncipe Alberto comenzaría el año con covid, pero nada le alejaría de los nuevos propósitos de transmitir unión y felicidad. Meses después, también acudirían a la coronación del rey Carlos III. Alberto y la princesa Charlène publicaron una foto discreta para conmemorar su duodécimo aniversario de bodas de julio de 2023. Se compartió en Instagram con la simple leyenda: «Feliz aniversario de bodas a Sus Altezas el Príncipe Alberto y la Princesa Charlene». Y nada más . Muy raro todo. El Príncipe Alberto II y la princesa Charlène de Mónaco volvieron a poner su matrimonio bajo la lupa después de que los tabloides europeos aseguraran que la pareja vivía en países separados . Se decía que Charlene estaba en Suiza mientras Alberto permanecía en Mónaco con sus gemelos. A lo largo de este año, la pareja ha vuelto a esforzarse por dejar atrás los rumores de conflictos matrimoniales. Aparecen juntos en público con regularidad y Charlène no tiene reparos en mostrar su gran pasión: gastar dinero en sus fastuosos diseños. Alberto parece conforme. Así llega el 13º aniversario de un matrimonio extraño, polémico y ciclotímico.