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Sara Baras: «La responsabilidad duele, y yo cada vez siento más»

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La Sociedad General de Autores y Editores ( SGAE ) cumplió este domingo 125 años . El 16 de junio de 1899 se reunieron un grupo de creadores – Vital Aza , Carlos Arniches, Ruperto Chapí, Sinesio Delgado, José Francos Rodríguez, José López Silva, Tomás López Torregrosa, Miguel Ramos Carrión, Eugenio Sellés, Eusebio Sierra y Joaquín Valverde y Sanjuán– para crear la Sociedad de Autores Españoles, que años más tarde derivaría en la actual SGAE. Con este motivo, la entidad celebró ayer una gala en la que se han entregado una serie de medallas a distintos creadores: Los Chichos, Mayte Martín, Rozalén, Tomatito, Sara Baras, Juan Mayorga, Jorge Guerricaechevarría, Gracia Querejeta , Manuel López-Quiroga Clavero, Carmen López, Silvio Rodríguez y, a título póstumo, a Joaquín Rodrigo. Noticia Relacionada PATRIMONIO reportaje Si Las primeras huellas de la creación femenina en la SGAE Julio Bravo Las mujeres entraron con cuentagotas en la entidad, que celebra el 125º aniversario de su creación el 16 de junio, y hoy hay casi 30.000 socias Sara Baras (San Fernando, Cádiz, 1971) se encuentra en plena gira de su espectáculo 'Vuela' , dedicado a una de las grandes figuras del flamenco –y de la música española–: Paco de Lucía . Este fin de semana lo ha presentado en Málaga y sus destinos inmediatos son Granada, Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura. En «el maestroPaco» –siempre se refiere así a él– pensó enseguida cuando le comunicaron el galardón. «El maestro está muy presente en mi vida –dice la bailaora y coreógrafa–; desde que descubrí el arte fue uno de mis referentes, uno de los espejos en los que me miraba constantemente. Pero además tuve la suerte de poder mantener una relación cercana con él, y al respeto y la admiración profesionales se sumó el respeto y el cariño personal ... Paco de Lucía es muy importante para mí y está muy presente en mi vida. Y me acordé, cuando me dijeron que me daban la medalla, de cosas que me decía durante nuestras conversaciones». 'Sensaciones', 'Cádiz, la isla', 'Sueños', 'Juana La Loca', 'Mariana Pineda', 'Sabores', 'Baras - Carreras', 'Carmen', 'Esencia', 'La Pepa', 'Medusa', 'Voces', 'Sombras', 'Suite Flamenca', 'Momentos', 'Alma' y 'Vuela' son los títulos de los espectáculos que ha presentado desde que en 1998 decidiera crear su propia compañía. Desde entonces, la gaditana ha ido subiendo escalones hasta convertirse, indudablemente, en una de las grandes figuras actuales del baile flamenco . Se siente orgullosa, asegura, de recibir la medalla de la SGAE junto a otros artistas flamencos como son el guitarrista Tomatito o la cantaora Mayte Martín . «Es el reconocimiento a nuestro arte, que no siempre se ha mirado como se debía mirar. Afortunadamente, los creadores flamencos están ahora a la altura de los de cualquier otro género en cuanto a respeto y reconocimiento». A Sara Baras le gusta especialmente que el galardón se le otorgue a la creadora; su faceta de coreógrafa se ha desarrollado siempre a la sombra de su faceta de intérprete, pero sus espectáculos llevan, desde hace años, su firma. «En 'Juana la Loca' y en 'Mariana Pineda' conté con la colaboración de dos dramaturgos, Luis Olmos y Lluís Pasqual –recuerda–, aunque la coreografía también era mía; pero el resto es una idea completamente mía. Por eso me hace una ilusión especial que se reconozca mi faceta de creadora, me llena de orgullo . Me hace mirar hacia atrás, a cuando puse en pie mi compañía , hace más de veinticinco años, y ver todas las cosas bonitas que me han pasado, esa evolución». Arte vivo «Yo de pequeña ya coreografiaba –revela Sara Baras–: cuando bailaba no solo interpretaba, también creaba mis bailes. Desde niña. Incluso con 12 años, en la escuela de mi madre, ayudaba a realizar las coreografías: las entradas, las salidas, la colocación de las niñas, las mezclas...». No termina, dice, la creación cuando se estrena una obra. «¡Qué va! Siempre sigues buscando el personaje, el movimiento, compartes la emoción con el público y las coreografías crecen y se modifican según las bailas. La danza es un arte vivo». La coreógrafa y la bailarina, dice Sara Baras, no siempre se han llevado bien. «La primera ha exigido a la segunda seguir una línea en la que no se sintiera cómoda, que le obligara a superarse . Y eso me ha hecho querer subir constantemente escalones que me permitieran descubrir el baile desde un punto de vista diferente. Encuentras espacios para la improvisación, momentos de sensaciones y de riesgo, incluso... Por ejemplo, en el flamenco le das espacio a la voz, y en ocasiones un quejío se alarga y tú tienes que alargar tu baile». Y para eso, añade la bailarina, «es muy importante que tengas todo controlado ; que te olvides de los aspectos técnicos para dejarte llevar por el corazón. La improvisación no es un capricho: sale cuando tiene que salir, cuando te lo pide tu cuerpo; pero para eso tiene que estar preparadísimo. Y la seguridad te la dan el tiempo y el trabajo». Eso no significa que el miedo desaparezca. « Sigo temblando cada vez que se levanta el telón; cada vez tengo más responsabilidad, además, y la responsabilidad duele». Con los años, el baile, y por tanto la manera de coreografiarse a sí misma, ha variado. «Buscas cosas diferentes. La madurez te da elementos diferentes a la juventud; antes buscaba la velocidad, dar pasos de dificultad técnica y dar muchos... Con los años te olvidas de ello y te puedes expresar con mayor libertad ... Ahora busco presencia, lentitud, energía. los pasos tiene un peso distinto, no buscas que sean técnicamente difíciles, sino que expresen algo. La parte emocional va cobrando mucha más importancia... Como en la vida».