El reportero de la BBC que se convirtió en refugiado
Arash no necesita palabras para explicar por qué abandonó su vida. Simplemente saca el móvil y muestra la foto de un agujero de bala en la luna delantera de su coche. Justo a la altura de su cabeza. "Afganistán no es un país seguro para los periodistas", responde al fin el reportero.