Estados Unidos se prepara por cuarta vez para ejecutar al preso que denunció ante el Supremo la inyección letal
Esperando a morir. Así, en calzoncillos, después de dejar todas su pertenencias y a minutos de ser ejecutado, a Richard Glossip le anunciaron este miércoles que se retrasaba su muerte. Otra vez. Afrontaba su tercera fecha de ejecución y era la segunda vez que detenían la cuenta atrás el mismo día en que estaba planeada la inyección letal. Esta ocasión fueron tan solo minutos antes. Glossip, acusado de planear la muerte de su jefe, cuenta con una gran campaña en contra de su ejecución por la debilidad de las pruebas que le relacionan con el crimen. Los detractores de la pena de muerte condenan además la crueldad del propio proceso que, si nada lo impide, volverá a someter a Glossip al mismo estrés, a recorrer sus últimos pasos, el 6 de noviembre.